Rebeca
Fecha: 03/02/2018,
Categorías:
Dominación
Sexo con Maduras
Autor: Corn, Fuente: CuentoRelatos
... Espero que estés disfrutando de la comida con el cornudo, tu hermana (que, aunque aún no lo sepa, es tan puta como tú) y su novio. Me imagino que te habrás encerrado en el baño para leer este mensaje, así que ya sabes lo que tienes que hacer: Quítate las bragas ahora mismo y comienza a masturbarte... pero... no te corras. Cuando veas que se acerca el orgasmo, detente y métete las bragas en el coño. No podrás sacarlas hasta que llegues a casa o... te las quite yo mismo." Rebeca, no dudó ni un segundo en cumplir las órdenes de Su Señor. Tras dejar el móvil en el bolso, se levantó la falda y se quitó las bragas. Para evitar que se le escapase algún gemido que pudiese anunciar lo que ocurría en el cubículo, se metió las bragas en la boca y comenzó a masturbarse frenéticamente. Dos de sus dedos se adueñaron de su coño y comenzó a follarse con ansía, imaginando que era Su Señor quien lo hacía, quien la usaba para su placer. No tardó mucho en tener que parar y en ese momento, las bragas, abandonaron su boca para tomar posesión de su coño. Tras vestirse de nuevo, abandonó el baño tomando rumbo a la mesa, sintiendo como las bragas la llenaban, sintiéndolas a cada paso. El resto de la comida transcurrió con toda normalidad, aunque Carla no dejaba de observar a su hermana viendo como su cara cambiaba cada vez que se acomodaba en la silla. Cuando abandonaron el restaurante, Carla tomo del brazo a su hermana y disminuyendo el paso, dejo que los chicos se adelantasen, obteniendo así lo ...
... oportunidad de hablar con ella a solas. — Y bien, hermanita? Algo te traes entre manos. Ya estás hablando. —Pero que dices? —Contestó ésta sonrojándose.— No pasa absolutamente nada. — Si, claro. Y resulta que ahora soy tonta y me tengo que creer que no pasa nada. — Tonterías. — Bueno, ya veremos, pero sabes que acabarás contándomelo todo. Hablamos esta noche. La conversación cesó ahí mismo ya que los chicos se habían detenido para esperarlas. Cuando llegaron a su altura, Luís comenzó a hablar. — Tenemos un par de horas hasta que empiece la película. Que os parece si nos jugamos quien paga las palomitas jugando a los bolos? — Por mi perfecto. —contestó Raúl.— Ya estáis preparando la pasta porque os vamos a machacar. — Eso está por ver. —sentenció Rebeca mientras simulaba golpearlo con un guante imaginario. La partida fue "muy inspiradora" para Rebeca, cada vez que lanzaba la bola, su coño no dejaba de recordarle que las bragas lo llenaban y erró casi todos los tiros. No podía evitar sonreír ante la mirada de desesperación de su novio. Perderían, pero estaba tan cachonda cumpliendo la orden de Su Señor que el resto carecía de importancia. Alzando las palomitas a modo de trofeo, Raúl y Carla encabezaron la marcha hacia la sala del cine, seguidos por Rebeca y Luís, el cual, no dejaba de reprocharle el modo en el que había jugado lanzando muchas de las bolas por el raíl. Al entrar en la sala, alguien entre la marabunta de gente se agolpaba que en el pasillo capto la atención de ...