Jorge el curioso
Fecha: 05/02/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... que me contó que era maricón me soñé con usted – conmigo? Y de que era el sueño? – jajaja, me soñé que lo tenía bien ensartado y le estaba dando durísimo por esas nalgas gordas que usted se carga – jajaja no me digas – así es ingeniero y me desperté con la verga durísima, tuve que hacerme una paja inmediatamente, recordando ese sueño tan rico… fue la primera vez que me la sobé pensando en un hombre, y desde ese día no se me han quitado las ganas de agarrarle ese culo como si fuera una vagina … eso si le voy a decir, hoy es una noche de sexo fuerte, ese culito le va a quedar doliendo, sépalo de una, no se me vaya a poner en mariconadas – lo que tú quieras… hoy voy a ser tu mujer y te va a gustar más que cuando lo soñaste – eso es lo que quiero, que se porte como una putita, hoy lo dejo preñado. Llegamos al apartamento y apenas pasamos la puerta Jorge con fuerza me puso de espaldas contra la pared inmovilizandome y mientras me comía el cuello y mordía mi oreja me repellaba, haciéndome sentir lo duro de su erección mientras yo con gemidos y hablándole sexy le hacía saber lo macho que era. El entonces metió sus manos debajo de mi playera, como buscando a las acostumbradas tetas y al no encontrarlas se consoló pellizcandome con fuerza los pezones. Jorge parecía fuera de sí, dominado por su calentura, dejándose llevar por sus instintos más primitivos, su pene era el que mandaba y yo tenía la dicha de sentirlo en mis nalgas, repellandome, haciéndome sentir hembra. Después de un ...
... rato más de chupetes y cachondeo, en donde Jorge aprovechó para dejarme solo en bóxer, me metió una nalgada que casi me saca las lágrimas y me dijo: – que bárbaro ingeniero! Me tiene como loco - yo aproveché para acercarmele y empezar a besarlo. . . Los dos llenos de lujuria y pasión nos besábamos como si no hubiera mañana, nuestras lenguas luchaban con furia dentro de nuestras bocas, en lo que era un beso de machos, de hombres calientes que sólo buscaban satisfacer la calentura. Después de un rato yo empecé a bajar por su cuello, aproveché para abrir su camisa y besar su pecho y abdomen. El olor me encantaba, esa mezcla de sudor, tabaco, perfume y alcohol me tenía a tope. Aproveché para lamerlo todo, olfatear sus axilas, morder sus pezones, disfrutar de su cuerpo, saborearlo con mi lengua. Continué pues mi descenso y le quité el cinturón, hincado frente a él le bajé el pantalón el cual terminó de caer por su propio peso. Me detuve un momento para admirar ese monumento a la masculinidad. Vestido solo con un bóxer-brief naranja que le resaltaba su piel trigueña, me miraba desde arriba con su cara de calentura. Yo no me creía mi suerte. . . La verga se le marcaba durísima apuntando hacia la derecha y una mancha de líquido pre-seminal dejaba en evidencia lo caliente que estaba. Jorge entonces se bajó el bóxer, liberando así su magnífica herramienta, quedando como Dios lo trajo al mundo. Su verga, más oscura que el resto de su cuerpo, se veía imponente. Medía unos 16 cm y era ...