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Le dí mis conocimientos y mi leche
Fecha: 08/02/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... Noté un pequeño moretón en un lado, producto supuse de la caída. Me alivió el saber que la niña se encontraba bien, quizás algo dolorida. Mi cabeza se puso a pensar en como sacar provecho de aquella situación. Comencé a palpar la barriga de la chica con interés mientras le preguntaba si le dolía aquí y allá. Bajé un poco la mano hasta el elástico de su braguita que bajé como un centímetro. Ahora veía el nacimiento de sus pelillos morenos, cuya visión comenzó a revivir mi instinto de macho. Dejé allí la braguita y cambié de lugar. Cogí el aparato de auscultar y me dispuse a explorar su tórax. Lo situé entre sus senos procurando no alertar a la chica de mis intenciones. Miré con disimulo sus bultos. Noté que la chica no llevaba sujetador, pues cada vez que se movía sus carnes vibraban. Le ausculté sin prisas rozando sus carnes con disimulo. Le dije que se pusiese de pie. Se levantó algo dolorida y me dejó actuar. Le ordené que cerrase los ojos, pues iba a examinar su sentido del equilibrio. Giré su cuerpo hasta hacer constaste con la luz que entraba por la ventana. Estiré sus brazos hacia adelante y la situé hasta que la luz se trasparentó por su fino camisón, dejándome ver el perfil de sus senos. Me recreé con ellos mientras le hablaba memeces para tenerla entretenida. Sus bultitos salían de su cuerpo deseosos de ser chupados y lamidos. Miré sus pezones con envidia. La luz del sol convertía la tela en trasparente. La giré para mirar la otra teta. Tenía unas aureolas generosas ...
... rodeando a los pezones. -Ahora te voy a doblar un poco la espalda para ver si tienes daño......-le engañé. La cogí por los hombros y la giré hacia abajo, buscando que la luz solar penetrase por su generoso escote. Cuando la tuve doblada miré por entre la tela. Sus tetas colgaban bajo el camisón pidiéndome que las tocase. La mantuve en esa posición todo el tiempo que quise mientras mi picha estaba a punto de explotar. Escuché el ruido de las escaleras y le ordené que se tumbase. Cuando subió su madre le dije que la niña estaba bien -y bien verdad que era...- así que la mujer me acompañó abajo y nos invitó a merendar. Le dije que no había rotura pero que la niña estaría dolorida varios días. Así que tras finalizar la merienda le dije que volvería al día siguiente dejándole varios comprimidos de analgésico por si la niña tenía dolores. Durante el camino de regreso a casa de mi amigo, no dejé de darle vueltas a la cabeza maquinando como poder follarme a la niña, así que cuando llegamos, ya bien entrada la tarde, no tuve más remedio que coger a mi novia Fátima y tras subir a nuestra habitación alegando cansancio, ponerla en cueros y pegarle una follada en toda regla que no se detuvo hasta ver como la leche le chorreaba por la entrepierna tras salir de su almeja. Después del polvo bajamos a cenar y nos acostamos, aprovechando para sacudirle otro viaje que acabó con mis reservas de leche para esa jornada. Dormí nervioso esperando que llegase el nuevo día. Tan pronto como terminé de ...