1. Nuestra soledad nos traiciona (2ª parte)


    Fecha: 09/02/2018, Categorías: Incesto Autor: stukka15, Fuente: CuentoRelatos

    ... tarea, seguía pegada a mi pecho sin moverse, como palo, rígida, solo su mano parecía estar viva. Finalmente me animé, con mi mano izquierda tome su mano derecha, la guie a mi ombligo y le pedí sin hablar una caricia en mi estómago. Tan pronto entendió y la deje sola, su mano recorría mi estómago y mi pecho oculta bajo mi playera también blanca. Se detuvo en mis pezones ahora muy excitados y los rozó como confirmando su erección. Bajo a mi ombligo y de nuevo capture aquella mano deliciosamente traviesa. Sin más, la conduje a mi ombligo y seguimos bajando hasta llegar al elástico de mi short. Note como intento rebasarlo y seguir hacia el pene cuando la detuve. Con mis dedos aferrados a su mano, levante el elástico de mi short y bóxer y guíe su mano un poco más abajo. La solté mientras ella seguí sola su camino justo dentro de mis prendas. Acarició mi vello púbico y llego a su meta. Tomo mi pene en su cálida mano y comenzó a tratar de acariciarlo. La ropa impedía su maniobra, así que sin pensarlo, tome ambos lados de mi short y bóxer y los baje apenas lo suficiente para liberar mi pene erecto, sujeto por tan delicada mano. Ahora libre, lo manipulaba en un sube y baja por el tronco, despacio. Note como incrementaba su excitación pero seguía casi totalmente rígida. Mis manos ociosas retomaron su cintura y las caricias de su espalda. Subí casi hasta su nuca en una caricia que me excitaba tanto a mí como a ella, tenía su espalda prácticamente desnuda, pero como recargaba su pecho ...
    ... con el mío, los senos seguían invisibles. Ahora tomaba mi pene con sus dos manos, movió su cabeza para mirar hacia abajo y observar como sus dedos recorrían inquietos aquel erecto pedazo de carne. Poco a poco fue tomando valor y se separó de mi pecho para manejar más diestramente sus manos. Al hacerlo observe el dibujo de sus pezones erectos sobre la blusa semitransparente, observe la forma de sus pechos e incluso veía su vientre. El silencio era hermoso, el ambiente cargado de erotismo y la luz suficientemente clara para observar el más mínimo detalle. Se apartó aún más de mí, liberó su mano izquierda y me miro con la boca un poco abierta, la cerró y pasó un largo trago de saliva. Incline mi cabeza y bese su frente. Su masaje era ya una suave puñeta, sin embargo Sandra estaba mucho más caliente que yo. Sujete suavemente sus hombros y presione hacia abajo, se resistió un poco hasta que comprendió. Se puso en cuclillas con su cara a la altura de mi pene y observo cada detalle de la puñeta. De nuevo abrió ligeramente su boca y note su mirada excitada. Estaba como hipnotizada. Termine de baja mi short y bóxer hasta que cayeron al suelo. Coloque mi mano en su cabeza otra vez y la acerque a mi pene. La reacción fue inmediata, su lengua tocaba tímidamente mi pene, el tronco y la cabeza, como buscando un sabor nuevo, una zona desconocida. Al poco tiempo, chupaba mi palo de arriba abajo, recorría en círculos la cabeza, hasta que la metió en su boca. Podía sentir la succión de su boca ...
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