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CARLOS-KARLA (EPILOGO)
Fecha: 14/02/2018, Categorías: Dominación Autor: mogwligdl, Fuente: SexoSinTabues
Las consecuencias de toda una serie de aconteciientos llevan a KARLA al borde de la locura. ¿Sera este el principio del FIN? Mi ánimo deshecho por todo lo que había pasado y la manera en que se habían desencadenado los acontecimientos de los últimos meses se reflejaba en todo mi cuerpo. Una profunda tristeza me invadía. Mis ojos se habían secado de tanto llorar. Arrastrando mis pies con aquellas folclóricas chanclas me dirigí hacia mi antiguo refugio: mi cuarto que ya no me pertenecía. Al entrar un acallado furor me invadió pues literalmente me dolían mis piernas de estar de pie y las plantas me ardían de estar trabajando todo el día tanto ayudando a Doña Licha en su negocio mas aparte tener la necesidad de llegar y hacer todo el quehacer de la casa como para encima de todo todavía tener que llegar y…. Apague mi mente. Aleje mis pensamientos. Total que más daba. Todo estaba consumado. Con gran trabajo me acerque y empecé a recoger toda la ropa tirada y sucia que el maldito de Daniel había dejado regada. ¡DIABLOS! De seguro tuvo partido y llego a cambiarse de la escuela para después volver a cambiarse. Ahí en el suelo tuve que recoger sus dos calzones tirados porque el príncipe no era capaz de hacer nada. Una a una tome las prendas y las junte con las camisas y los pantalones. Desparramado también se encontraba su short y su camiseta deportiva las cuales junte y lleve a al canasto de la ropa sucia el cual debería de estar vacio al día siguiente que me tocaba lavar toda su ...
... porquería. Me dirigí al cajón donde estaban mis pocas cosas. Lo abrí. Recorrí con la mirada las opciones y dude en escoger que ponerme. Total nada me gustaba. Nada era mío. Nada me pertenecía tal y como mi vida se había perdido y ya no me pertenecía. La verdad es que mi ¨nueva¨vida no me gustaba ni las opciones que tenía me gustaban pero como no podía escaparme a ellas tuve que apechugar y aceptarlas como tal. Con desgano absoluto metí la mano y extendiéndole pude observar aquel ridículo calzoncito de tela de algodón. Si esa pantaletita coqueta llena de estúpidas florecitas me cacheteaba en la cara demostrándome que del antiguo Carlos que vivió en esa casa ya no quedaba ni la sombra. Carlos era tan solo un triste recuerdo y ahora Karla había nacido y tomado su lugar le gustara o no, lo aceptara o no. Me dirigí al baño con mi suave y dulce pantaleta acompañada de aquel camisón que hacía las veces de pijama y que me cubrirían lo suficiente como para irme a dormir. Aquellos dos aditamentos eran los únicos acompañantes en mi repertorio de ropa que me acompañaban últimamente. Recuerdo claramente el primer día que me presentaron a Doña Licha y la cara que esta puso al verme enfundado en aquel gran camiseton. SI, aunque ese día por precaución pude ponerme un diminuto short abajo la verdad parecía que llevara yo un vestido pues no se veía nada más debajo de mis piernas. Días después Daniel me obligaría a usar únicamente los ridículos calzoncitos de tela afeminada que él me conseguía. ...