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CARLOS-KARLA (EPILOGO)
Fecha: 14/02/2018, Categorías: Dominación Autor: mogwligdl, Fuente: SexoSinTabues
... de regreso como si de un masaje total se tratara cubrían sus piernas, sus muslos, su obligo, su pecho provocando que Daniel me dijera: -Siiii…. mffff…si… ¡Qué rico! …¡sigue! Y así seguía yo. Así le obedecía. NO fue una sola vez sino varias veces que absorto ya en el sueño febril que vivíamos repetí y repetí todas las caricias alternando todas y cada una de ellas queriendo hacerlo reventar de placer. Ni que decir cuando con su mirada ya vidriada de deseo Daniel me dejo que metiendo las manos por dentro de su prenda íntima le despojara yo de ella quedando ante mi vista en pleno esplendor y finalmente liberada de su cautiverio su maravillosa verga para que yo la admirara por completo. Mi reacción fue enfermiza. Como gatito juguetón me coloque al final de la cama y subí a ella sin dejar de mirar el objeto de mi febril deseo. Daniel observaba atento cada uno de mis movimientos incrementando su lujuria al sentirse deseado como nunca. Me fui acercando lentamente y justo al pasar sus rodillas acerque mi cara para husmearle como perro o mejor dicho como perra en celo intoxicándome con su aroma. Delicadamente me seguí desplazándome alternando una pierna y luego la otra. Al llegar a medio muslo incremente mis olidas con suaves lametoncitos que le hicieron respingar ante la sorpresa para luego al estar casi llegando al lugar de mis ensueños agregar la caricia de mis gordos cachetes en sus alterados muslos internos. Cuando lo toque con mi cara, se le escapo un profundo pero autentico ...
... gemido de excitación total así que en respuesta hundí mi cabeza en medio y deslice mis cabellos entre sus huevos provocándole un éxtasis que jamás se había imaginado. -¡AY CABRON!-le escuche exclamar con una voz irreconocible. Es ridículo pensar pero cuando lo vi y le escuche reaccionar de esa manera no pude menos que sentirme satisfecho al saber que era YO quien le causaba aquel sentimiento de deseo. Reaccione bajándome lo más que pude y metiendo mi nariz entre sus aguadas bolsas. Aspire aquella esencia embriagadora y de igual manera deslice la puntita de mi lengua prodigando una agradable y sutil caricia sobre la fina piel de sus rebosantes huevos. Una y otra vez lamí y lamí escuchando como su respiración cambiaba y se acompasaba al compas de mis lamidas. Abrí mi boca y abarcando toda su anatomía deje que aquella glándula se deslizara hacia mi boca y deje que se depositara por completo dentro de mi boca. Lo deje ahí. Por unos instantes simplemente no hice nada mas que acunarlo tiernamente haciéndole sentir el cariño de mi boca para luego con avidez inusual cerrar tiernamente mis labios dejándolo que se deslizara una y otra vez dentro y afuera mientras su dueño daba pequeños saltitos cada vez que mis caricias le acometían. Una y otra vez lo hice volviéndole loco. Una y otra vez alterne cada lado escuchando como sus leves gemidos se convertían en bestiales gruñidos que clamaban por paz. Una paz que no estaba dispuesto a darle en ese momento ya que todavía me faltaba mucho. Le ...