1. Conejita de laboratorio (y 2)


    Fecha: 18/02/2018, Categorías: BDSM Fetichismo Sexo en Grupo Autor: baldsex59, Fuente: xHamster

    ... la llevabas allí a exhibirla, me gustó la idea. Ya sabes que me gustan los casinos, y quiero ir con Ana hasta que pueda disponer de mi hija.—Acostúmbrate a no llamarla así.—Tienes razón, es la costumbre: se me olvida que ahora es mi puta.—Llévatela, no te preocupes, así descanso, —y con una sonrisa irónica añadió—. Sabes, si hace cuatro o cinco años me llegan a decir que hoy estaría saturado de mujeres y sexo, me hubiera descojonado de la risa. Me voy a ir solo a la casa de Oceans Blvr. Leer y pescar: lo necesito para soltar estrés.—Pues yo a jugarme mi dinero y a follarme a tu mujer, —le dijo riendo—. Te aseguro que cuando regrese, no tendré ni rastro de estrés.Ese viernes, a primera hora, salieron con su chofer y en dos horas y media recorrieron los 200 Km que hay entre Nueva Jersey y Atlantic City. Se hospedaron en un lujoso hotel del Paseo Marítimo que tenía spa, y por supuesto, mega casino. A media mañana, nada más llegar, subieron a la suite. La intención de Harry era vestirla convenientemente para exhibirse por el paseo con un pibón como ella. La desnudo y fue sacando ropa intentando decidir que ponerla. Se la colocaba por encima para ver el efecto, pero al final, el único efecto que tenía claro era la erección de su polla. Se arrodillaron en el suelo, inclinó el cuerpo de Ana hacia delante y sujetándola las manos a la espalda con sus propias manos, la penetró la boca. La folló con furia mientras, gracias al espejo del vestidor, veía como sus tetas se bamboleaban como ...
    ... campanas.—¡Joder Ana!, empezamos bien, —Ana no contestó, tampoco Harry esperaba que lo hiciera. Siguió chupando hasta que sacó su fofo pene de la boca.Finalmente, consiguió vestirla como quería y bajaron al restaurante para almorzar. Después de sobetearla discreta, pero evidentemente en el restaurante, salieron a pasear por el Paseo Marítimo. Dieron un largo paseo, ante la mirada lasciva de un montón de tíos, y regresaron al hotel, al casino. Estuvieron toda la tarde jugando a la ruleta y al póker. En la ruleta Harry se limitaba a dar las fichas a Ana para que las pusiera en los números, mientras su mano izquierda reposaba, placidamente en su esplendido trasero a la vista de todos. Al contrario, en la mesa de póker jugaba él. Ana, situada a su espalda le acariciaba el cuello y los hombros provocando la envidia de los demás tal y cómo la había aleccionado. Después de cenar subieron al dormitorio donde estuvo “jugando” con ella, durante casi tres horas. Harry llevaba hechos los deberes. Tenía una extensa lista de cosas, poco complicadas, que se le puede hacer a una sumisa. Había estado horas y horas, recopilando por Internet esa información. Harry estaba agotado, pero Ana no, necesitaba más. Aprovechando que en ese momento estaba atada a la cama, con los brazos en cruz y las piernas totalmente abiertas, la introdujo unas bolas chinas en la vagina y lo puso a máxima potencia. La colocó una mordaza de bola, se sirvió una copa y salio a la terraza a fumarse un habano sentado en un ...
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