1. Las primas


    Fecha: 18/02/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... penetrando por mi ano. Era la putita de Vanesa, ¡ que experta es la muy puta! Quizás por eso fue a la única que no le comí el coño, pensé sobre la marcha que allí habrían entrado demasiadas hombres. Aquello de la lengua en el culo fue el remate. El pene se me puso tan duro que hasta me dolía, pero allí estaba Sara trabajándola. Le dije que quería una cubana en aquellos fabulosos pechos en las que tanto había soñado. Ella por supuesto accedió, su grado de calentura era tal que haría lo que le pidiera. Soltó su bikini y el mundo se acabó para mí. Eran las mejores tetas que había visto nunca. Comencé a meter mi pedazo de carne entre ellas y Sara en un alarde de experta cuando mi polla llegaba a la altura de su cara pasaba su lengua por la punta. Solamente tubo tiempo de hacerlo dos veces, a la tercera solté una churretada de leche entre las tetas y boca que la sorprendió tanto que sin tocarle el coño se corrió, si, si como lo oís se corrió sin ni siquiera tocarla, tan solo de la sensación del calor de mi líquido en sus tetas y cara. No teníamos tiempo para pararnos así que con un gran esfuerzo, porque mi polla no estaba acostumbrada a tanto, me puse a comerle el coño a Sara en recompensa por lo bien que me la había chupado. Elisabeth ya había vuelto e intentaba paliar la falta de haberse corrido de Vanesa. Las dos me dijeron que lo entendían, que no podría empalmarme tan pronto, pero en un resto de amor propio mi polla volvió a ponerse dura. A mí también me sorprendió pero es ...
    ... que aquello era lo que nunca había ni siquiera soñado, las tres hermanas. Al ver mi empalmaera las tres pasaron a decirme que ellas también querían cumplir un deseo. Sus novios y maridos eran reticentes a follarles el culo, y ellas querían sentir esa situación. Yo accedí, quien no?. Aquello era digno de ver. Tres culos frente a mí para que me los follara. La verdad es que mi mujer tampoco quería sexo anal, pero a mí me da un morbo.......... Comencé a meterle la polla a aquellos culos. Al principio costaba algo de trabajo pero algo me decía que aunque sus maridos no hubiesen metido nada allí, ellas se habían encargado de hacerlo por su cuenta. Les pregunté y confirmaron mi versión, pero si a mi erección le faltaba algún centímetro por el cansancio, este desapareció cuando Vanesa dijo "pero queremos algo de carne dentro y empujado por ti". Mete y saca por culitos apretados. ¡Como chillaban las tres! Chillaban hasta cuando se la estaba metiendo a la de al lado tan solo de oírla. Las tres se corrieron una tras otra y la que más disfrutó con aquello fue la más guarra: Vanesa. Aquella imagen de sus tetas moviéndose al ritmo que marcaba mis empujones de polla es una cosa que no olvidaré nunca. Como sabéis cuantas más veces seguidas te corres más tardas en hacerlo. Yo estaba sorprendido de no haberme corrido después del episodio de los culos pero allí estaba el tío, con toda su polla tiesa (como estoy ahora mientras escribo) y sin embargo no la había metido ni en un solo coño. Las tres ...