Móviles - 4 - Relatos Eróticos

Móviles - 4

... ¿Te gusta más esa polla o la de tu marido? - no responde, entregada a una mamada que la deja expuesta -. Si serás depravada. Mirad si disfruta que ni habla. Vas a responder dándote un azote en la nalga si la respuesta es "si" y dos si es "no". ¿Lo has entendido? - de repente se oye un azote, sin soltar la polla de la mano -. mmm ¡qué bien lo vamos a pasar! Ahora responde ¿te gusta más la polla de tu marido? - un azote -. No me extraña, esa no se puede ordeñar. Buena elección. Pero la pollita de flor sí da leche, ¿verdad? - otro azote -. ¿La cambiarías por la que tienes en la boca de goma? - dos azotes, un segundo, dos azotes más -. Jajaja, sí que lo tienes claro. Flor, ¿has visto lo que gusta tu pollita a Laura?, jejeje. Entre tres pollas, la tuya la que menos gusta. Laura, además de en tu coñito, ¿no te gustaría tener leche de tu jefe en tu boquita de puta? - dos azotes -. ¡Qué mala zorra! Pero sabes que como buena meretriz, no puedes elegir, que tienes que tragar lo que te echen, ¿no? - un nuevo azote -. ¿Eres entonces una buena puta? - se azota una vez la nalga, gimiendo por el calor que ya debe estarle subiendo -. Entonces, ¿se la mamarias? - hay un solo segundo de espera, dos azotes seguidos casi sin tiempo de otros dos -. Jajajaja. ¿Y si te lo pido yo? - un azote fuerte, intenso, llena el despacho -. Prueba superada. Deja de mamar, no ves que no va a sacar leche? Ponte de pie a la altura de los muslos de flor, un pie a cada lado de su cuerpo, dándole la espalda. ...

... Vamos. ¿Qué piensas flor de esto? Me coge tan desprevenido que no sé por dónde empezar. Sé que no tengo tiempo para nada si no quiero parecer inseguro. Y tengo claro que así es como quiero estar, como quiero vivir. Sin pensar más tiempo, dejo que salga mi voz, sin tener claro lo que voy a decir ni lo que pueda interpretarse. - Señora, pienso que estoy donde debo estar, sin atreverme a mover ni a hablar, cohibido por lo que estoy oyendo, por la insignificancia de mi pollita, última en un ranking y que ni siquiera sería usada aun siendo la última que quedase en el mundo. Humillado, por saberme privado de sentir ni ver nada que no desee Usted que vea ni sienta. Rebajado como una mercancía expuesto ante no sé cuántas miradas, sintiéndolas clavadas en mi y en el manejo y uso que hace de mi. Controlado por Usted y la dulce voz que desprende poder y autoridad, por la mirada intensa y penetrante, sensual que me dirige y que, sin embargo ahora no puedo ni apreciar. Y sin embargo, me siento feliz, dichoso por el privilegio de estar aquí, ante Usted y quien desee, si es Su deseo, anulado, obediente, latiendo, suspirando con cada instante, palabra que desee dedicarme. Paro, pienso que para tomar aire, para que el oxígeno llene mis pulmones, mientras pienso tan solo en Usted, en haber sido capaz de decir cuánto me invade. - uuufffssss. Cuantas cosas flor. Mi dulce flor. Es más de lo que esperaba. Por eso deseo seguir contigo, con vosotros. Porque sé que es lo que esperas, ¿verdad? - asiento ...