Móviles - 4
Fecha: 17/09/2017,
Categorías:
Dominación
Autor: perrofiel, Fuente: CuentoRelatos
... zorrona. No te pongas las braguitas ni te limpies. Te vistes y para casa. - Señora - Laura no tarda en hablar -, voy a casa en tren, se puede salir... - Lo sé - interrumpe Usted -. Pero tú te lo has buscado. Tendrás que esforzarte para que nadie más sepa lo que eres, ¿verdad? - Si Señora - flor, coge el tapón y lo metes en tu culo, hasta mañana que te diré cuándo tienes que sacarlo - asiento -. Quítate las pinzas y para casa, vestido claro - asiento de nuevo-. Venga que ha pasado el día. Saco el tapón del culo, dolorido de tantas horas abierto. Es curioso, pero la sensación de vacío que me deja provoca que me sienta medio desnudo, aunque enseguida volverá a estar tapado por el tapón. Laura aún a cuatro patas, espera que le diga que ya puede meterse la falsa polla que invadía mi interior. Me levanto y voy a por las toallitas húmedas que guardo en mi cajón, me coloco de rodillas detrás de ella, con las nalgas cubiertas por la faldita, cojo la mitad de la polla y empiezo a limpiarla con dedicación, mientras Laura vuelve a gemir y mover el culo al notar los movimientos de la limpieza que hago a la mitad que está fuera. Termino de limpiarlo, lo dejo con delicadeza colgado, mirando el trozo que se ve por debajo de la faldita. Cojo el tapón y lo introduzco en el dilatado y escocido culo vacío. Me pongo el bóxer, el resto de la ropa. Laura, ahora de rodillas, dobla el doble consolador, lo mete sin esfuerzo en el coño, gimiendo más profundamente, tentada de follarse con él y dejarse ...
... llevar por el incontenido orgasmo. Se levanta y termina de arreglarse con las piernas cruzadas, no sé si para sentir más sus agujeros llenos o bien para que no se salgan. Miro las marcas de la cuerda en sus pantorrillas, bien marcadas aún y pienso en lo que pueda pasar de vuelta a su casa. Terminamos de recoger, limpiamos las caras con las toallitas y casi sin mirarnos salimos de la oficina. - Cuando lleguéis a casa, dejáis la cam puesta. Quién sabe lo que puedo querer de vosotras y de quién desee que os vea - nos llega el mensaje simultáneamente. Nos miramos de reojo, miradas encendidas, humilladas, rebajadas -. Solo vais a oír mi voz. Quizás verme. Vais a hacer cosas, a humillaros, con peticiones de cualquiera, aunque solo a través de mi. Incluso no sabréis si estáis siendo observadas por nadie, solo veréis vuestra imagen, salvo que decida regalaros el privilegio de mi vista, el resto del tiempo también estaréis en la galería, ignoradas u observadas por los demás, dependiendo de lo que quieran hacer, incluida yo misma y ganso. Terminamos de leer y nos separamos. Laura hacia la estación. Yo hacia el coche. "flor, no he podido evitar contarte cómo he vuelto a casa y alguna cosita que ha pasado estando en ella. Camino de la estación me he tenido que parar tres veces, entre los coches para evitar que se saliera el consolador del coño, intentando cubrirme con el bolso para disimular lo que estaba haciendo. He pasado momentos de mucho apuro, incluso vergüenza. Imagina, piernas ...