Móviles - 4
Fecha: 17/09/2017,
Categorías:
Dominación
Autor: perrofiel, Fuente: CuentoRelatos
... abiertas, mano por debajo de la falda y empujando el consolador. Al llegar a la estación he tenido que sentarme a esperar la llegada del tren, metiéndose aún mas el consolador en los agujeros, sobre todo en el culo, clavándose hasta el fondo. He visto que la gente me miraba, sobre todo tíos, de la cintura para abajo. Disimulando he mirado la falda y, qué susto, he visto que había un pequeño, pero apreciable bulto juato debajo del pubis. Sin pensarlo lo que tapado con el bolso, roja como un tomate. Al levantarme se ha deslizado del coño. He notado un golpecito húmedo en los muslos y me he imaginado esa polla asomando debajo de la falda. Corriendo he subido en el tren, he visto los últimos asientos vacíos y me he sentado en el rincón, metiéndome deprisa el consolador, mordiéndome los labios. He estado tentada de sacarlo de los dos agujeros, pero pasados unos segundos he vuelto a aceptar lo que soy a quien me debo. Al llegar a mi parada, no sabía cómo levantarme, ni cómo caminar para que no me volviera a pasar lo mismo. Sin pensarlo más me he levantado y acelerando el paso he bajado del tren. Justo cuando iba salirse otra vez he llegado a mi coche. Mas que entrar en él, me he tirado dentro, golpeando la cadera derecha con el volante. Pero he respirado al saberme a salvo. He vuelto a colocarlo bien, en el coño y el culo. Mientras conducía, moviendo los pies en los pedales, no paraba de follarme, los doa agujeros a la vez. No sé cómo he conseguido no correrme, pero lo estaba ...
... deseando. A ver cuándo Señora Mundo me permite hacerlo. Estoy muy putona. En el recibidor de casa he puesto la cam, la he puesto disimuladamente en un rincón desde el que se veía el salón. Aprovechando que mi marido estaba en la cocina, he sacado el consolador de los agujeros, totalmente salida. Al oír que venía hacia donde estaba y poniéndome la braguita allí mismo, me he quitado la faldita delante de él. He sentido su mirada desde atrás y me he girado a mirar lo que hacía. Me ha preguntado por las marcas en las pantorrillas y en los muslos. Lo único que se me ha ocurrido decirle es que son de las braguitas, que al sentarme en el lavabo no me había medado cuenta y las había dejado muy tirantes al abrir las piernas, una vez bajándolas hasta las pantorrillas y la otra solo hasta los muslos. Me ha mirado raro, pero se ha quedado ahí. Y yo pensando si alguien estaría viendo y escuchando la conversación. Cuando me he fijado mejor, he visto un bulto en los pantalones de mi marido y llena de vergüenza, superando el estupor le he dicho "uy, a ver qué tienes ahí, pareces mientras asimilo cuanto esta se mueva, le he pillado por la cintura, le he acechado hacia mi y, y ya con sus jadeos en mi nuca, le he desabrochado el tejano, se lo he bajado un poquito y como cada vez jadeaba más fuerte le he preguntado si se encontraba bien. - Si - ha sido su respuesta. - Pues a mi no me lo parece cariño - he intentado que se notara lo zorra que estoy hecha, aunque él no se ha dado cuenta. Esperaba que ...