1. Jorge, el novio de mi hermanita


    Fecha: 24/02/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... hombro. Jorge aplicó sus dos manos a mis pechos y comenzó a sobarlos y a amasarlos con más fuerza al tiempo que comenzaba a follarme desde abajo con mayor intensidad. Su trasero comenzó a subir y bajar enérgicamente, en tanto que mis placer aumentaba, y mis gemidos y chillidos empezaron a coger mayor intensidad. La penetración se tornó violenta y frenética. Mis tetas se agitaban con fuerza entre las manos de Jorge, y mi sexo se iba deshaciendo de puro gozo. Los bramidos de Jorge se hicieron más evidentes y su polla entraba y salía de mi interior a toda velocidad. Mis pezones se endurecieron hasta casi dolerme, y con cada acometida de su sexo yo me iba derritiendo y gritaba cada vez que su capullo topaba con el fondo de mi vagina. — Jorge, Jorgeeeee, síííííííííííííííí, sigue, sigue, fóllame más, mááááááááááás. ¡Qué gozadaaaaaaa! El muy cabrón tenía traca para dar y regalar, y ya ya estaba a punto de correrme, cuando girándome, me desligué de él. Pareció sorprenderse, pero cuando bajé hasta su polla y comencé a lamerla dulcemente, se quedó aliviado. Esos pocos segundos de felación entre postura y postura son deliciosos para un hombre. Lamí con mis labios cinco o seis veces su glande antes de colocarme de rodillas. Apoyando mis codos sobre la cama, le di la espalda, mostrándole mi culito y mi sexo abierto y empapado. — Ahora, cariño, me vas a coger por la cintura, vas a apoyar eso que tienes ahí sobre este agujerito, y vas a empujar con fuerza hasta que me tengas bien ...
    ... empaladita. No hubo que repetirlo dos veces. Se acerco de rodillas, apoyó su verga en la entrada de mi coñito, y tomándome de las caderas me ensartó de un solo golpe, seco, duro, que hizo tambalear todo mi cuerpo, arrancándome un sonoro quejido e inundando de calor mis entrañas. Sin salir un milímetro de mi interior, se inclinó hacia adelante, agarró mis pechos con las manos, apoyó su pecho contra mi espalda y acercó sus labios a mi oído: — Eres deliciosa, Teresa. Ahora voy a empezar a follarte y a darte mucho placer. Sin soltar mis tetas, comenzó a follarme desde atrás, al tiempo que me mordisqueaba la oreja. Su pelvis se pegaba a mi culo por efecto del sudor, y su polla chapoteaba con en mi flujo cada vez que entraba dentro de mí. Al principio comenzó a follarme suave, pero a medida que el placer fue creciendo, sus culadas se hacían más ardientes y vigorosas. Soltando mis pechos, se agarró a mi cintura para tener más recorrido. Me atraía hacia sí en intervalos regulares, haciendo oscilar mis pechos con cada embestida. Casi se salía completamente de mí para a continuación aguijonearme en un movimiento rápido y seco que hacía topar sus pelotas contra mi trasero. Mis jadeos se volvían más sonoros cada vez que la polla de Jorge se encajaba en mi interior. Las paredes de mi sexo se adaptaban bien a las gozosas arremetidas con que Jorge apretaba desde atrás. Mi cuerpo se fue invadiendo de calor. Su polla apretaba hasta mi nuca, y mis jadeos fueron dando paso paulatinamente a puros gritos ...