1. Ella re zarpada y yo virgen... (Segunda parte)


    Fecha: 26/02/2018, Categorías: Sexo Oral Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... pero eso me calentaba. Después se me tiró encima para que mi pija penetre su conchita mientras me pedía que le aprete la cola y le separe los cachetes, que le chupe los pezones y que no pare de cogerla. Por suerte su orgasmo llegó antes que mi lechita, la que terminó en su boca. Estábamos tan alzados que ni siquiera supimos si alguien nos vio. Solo mi hermano me dijo cuando me pescó asolas en el patio, y cuando ella se entretenía en el facebook: ¡bien hermanito, por fin pojaste la galletita! Me molestó su comentario, pero el riesgo de hacerlo en esa situación nos excitaba más. Luego llegaron las vacaciones de verano, y con ellas la distancia entre nosotros. No me gustó que no me haya acompañado a mi audición de guitarra, y se lo hice saber con enojo y todo. Pero, a pesar de eso siguió con sus fotos, que eran más osadas. Me mostraba sus tetas en la playa, porque pasó una semana en Pinamar, su boquita lamiendo un helado, o tomando jugos con sorbete, su cola desnuda cuando alguien le ponía bronceador, y la que más me encandiló fue una en la que olía su bombachita blanca.las clases estaban al caer cuando, uno de esos últimos días calurosos de febrero nos encontramos para tomar un helado. No podía creer que me haya llamado! Nos pedimos un cucurucho de chocolate y dulce de leche granizado, y creo que se nos evaporaron por la calentura que nos cargamos. Tranzamos como locos mientras me juraba que se había peleado con su novio, cosa que no le creí del todo. Esa tarde fuimos a mi ...
    ... casa y me hizo un pete rápido, cortito y sin mucha previa, pero efectivo, ya que le acabé de una en la boca, mientras me decía que tenía ganas de comérsela a mi compañero Iván, pero que yo debía estar presente. Quería las dos pijas juntas la viciosa! Le dije que estaba en pedo, un poco por vergüenza, y se fue con cara de ojete, aunque le prometí que lo iba a pensar. Esa vez sentí que algunas cosas no me gustaban de ella, como su olor a cigarrillo en la piel o en la ropa. Pero me gustó que cuando se lo comenté me dijera que por mí dejaba de fumar, y volvió a recordarme su fantasía. A la semana siguiente nos juntamos en la plaza, Iván, ella y yo. La idea era esperar a que mi viejo me avise por sms que salía al parque para entonces ir a mi casa totalmente asolas. Pero Denis estaba más caliente que una pava. Nos sentamos con una coca en el banco, y ella en medio de nosotros se dedicó a tocarnos los pitos, a masajearlos, apretujarlos y a comernos la boca con pasión. Hasta metió sus manos adentro de nuestra ropa para pajearnos bien, y nos decía al oído: ¡quiero mucha lechita, quiero pija! La gente pasaba y nos miraba enrojecidos de pudores, y ella lo más pancha abriendo las piernas, y casi con una teta afuera. No me canso de mirarle esas tetas hermosas! Pero tuvimos que dejar todo ahí nomás, porque su mami la llamó insistente al celu para que haga las compras para la cena. Ambos nos quedamos viendo cómo su cola se perdía entre la gente, hablando de lo trolita que es, y de lo rico que ...
«1234...»