Tres niños cazadores me iniciaron como sumiso
Fecha: 17/09/2017,
Categorías:
BDSM
Autor: BetoH, Fuente: SexoSinTabues
... ese momento, nunca había sufrido tanto antes de tener que aguantar su forzosa y obligada compañía. Nunca había visto morir tantos animales simplemente para que ellos pudieran darse el gusto de practicar su puntería. Y cualquier cosa que dijera era recibida con risas, burlas, y resultaba en empujones. "Ya son muchos" me atreví a decir. Juan Carlos de inmediato aprovechó para burlarse "¡ay, la nenita ya se sintió mal, por sus pobrecitos pajaritos!" El menor de ellos, Luis, me dijo "deberías tirarles también, te va a gustar mucho, se siente rico". Y el mediano, Miguel, dijo una frase que me sería determinante años más tarde, " es poder". Al cabo de un rato me dejaron ir, pero me dijeron que fuera al día siguiente. Les aseguré que así lo haría, pero no pensaba volver, quería simplemente que me dejaran ir, escaparme. Tras una noche de sufrir pensando en tantos animales muertos, llegó el día siguiente y. no pude evitar pasar por ahí. Claro, por accidente. Deseando que no estuvieran, claro, pero si dejar de buscar para ver donde andaban. Cuando los vi y me acerqué, noté que algo habían estado tramando, pues su recepción fue tal como si me esperaran. Sonriendo maliciosamente, Juan Carlos dijo "ya sabía que ibas a venir, nena". Y Miguel siguió "ven, te vamos a enseñar un juego bien padre. " Nos metimos en una cañada, y ahí Juan Carlos volvió a someterme, y sentarse en mi pecho aunque esta vez no puso sus rodillas para atrapar mis brazos. Se inclinó para poner su bulso en mi nariz, ...
... lo apretó y dijo "¿huele rico?" No le contesté, y se levantó. Pensé que se iba a retirar pero simplemente se bajó el short, se lo sacó de una pierna y volvió a sentarse y apoyar su bulto en mi cara "¿y ahora qué tal huele?" Intenté forcejear pero Miguel y Luis estaban a los lados, y pues en todo caso no forcejé mucho. El olor era fuerte, y comenzaba a despertar algo en mí como el primer día que Juan Carlos se sentó en mi. Sentirlo sentado sobre mí, y ver sus muslos tan cerca de mi cara, su sexo reposando sombre mi nariz, su evidente erección. era demasiado ya. Y claro, la cosa no paró ahí. Ya sabía y de hecho anhelaba lo que venía. Y vino. Juan Carlos se volvió a parar, repitió el mismo movimiento que con el short, pero esta vez con su calzón, y me puso sus genitales en la cara. Miguel y Luis reían quedito, yo estaba azorado entre la humillación y el deseo. y Juan Carlos, sin más dijo "abre la boca, nenita". No tuvo que repetir la orden, y la naturaleza tomó su curso. Lo chupé con pasión. era el primer pene que tenía en la boca, pero supe tratarlo como se debía. Y después de Juan Carlos siguió Miguel, y luego Luis, y de nuevo Juan Carlos. Al cabo de atenderlos muchas veces a cada uno, entonces dijo Juan Carlos "pues ahora ya es hora de cazar". Fueron tan letales como el día anterior, si no que es más, pero con una variante. Ya no me llevaban sólo a ver y para burlarse de mí, sino me mandaban. "Orale Beto, recoge más piedras". "Pinche Beto, ve a ver si cayó vivo el pájaro y si ...