Una barbacoa muy movida
Fecha: 26/02/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... sillas y la mesa y extendido en el suelo sendas toallas. Y allí estaban. Soledad tumbada en el suelo boca arriba. Marisa, tumbada junto a ella, mantenía los labios del coño de mi novia totalmente abiertos, apareciendo la entrada de su vagina totalmente rosa, y su clítoris erecto se retorcía entre los dedos hábilmente movidos de Marisa. De tanto en tanto Marisa introducía su lengua entre los abiertos labios del coño y lamía con profusión aquí y allá. Maite, entre tanto se había colocado a horcajadas encima del pecho de Sole, frotándose su coño con las tetas de mi novia y dejando a veces que le lamiera su exageradamente abierto sexo, mientras se pellizcaba los pezones para mantener su dureza y agarrándose la teta desde abajo se la llevaba a la boca para chupar de su propio pezón. Ante esta visión nos detuvimos casi al instante. Yo noté como mi verga empezaba a tomar consistencia. Al poco, mi polla estaba mirando hacia el cielo. Miré a un lado y vi la de Antonio que, si bien estaba muy levantada, no llegaba a mi erección. Miré al otro lado y pude contemplar en su esplendor la polla de Javi. Estaba levantada, fuerte, potente, aproximadamente con un ángulo de 60 grados. Si bien, y tal como nos dijo en la cocina, no era exageradamente más grande que la mía, sí que su tamaño aparentaba ser bastante mayor, supongo que porque era bastante más gruesa que cualquiera de las nuestras. Sus huevos no eran más grandes que los nuestros y todos colgaban en sus escrotos totalmente ...
... congestionados y libres. Cuando las chicas se apercibieron de nuestra presencia, se incorporaron y se sentaron en las toallas frente a nosotros. Soledad a un lado, en medio Marisa y al otro lado Maite. Esta con las piernas cruzadas en la forma india y las otras con las piernas ligeramente abiertas y estiradas. - ¿Qué mirones? ¿Os lo habéis pasado bien cotilleando?. Vale. Ahora nos toca a nosotras. Marisa, hazles hacer algo original que nos guste, dijo Maite. - Vale. Hm.... ¡Ya lo tengo! -exclamó Marisa-, y cuchicheó algo primero al oído de Soledad que según escuchaba abrió los ojos de par en par y luego a Maite que asintió con una sonrisa cómplice y sin dejar de mirarnos. Marisa se levantó y bamboleando a uno y otro lado sus tetas se acercó a nosotros. Nos colocó a los tres mirándonos uno a los otros, como en un imaginario triángulo. Nuestras pollas se separaban apenas por pocos centímetros. Nos obligó a acercarnos más hasta que casi se rozaban nuestros glandes. Soledad y Maite se levantaron y cada una de las tres se colocaron entre cada dos de nosotros, justo detrás y pegadas, pero de forma que ninguna estaba junto a su pareja. Es decir, Marisa se colocó a mi espalda entre Javier y yo, aplastando cada una de sus tetas con nosotros, a mi derecha. A mi izquierda, entre Antonio y yo se colocó Maite, de la misma forma que Marisa. Yo notaba en cada uno de mis omoplatos la presión de una teta dura y tersa, coronadas ambas por sus potentes pezones. Frente a mí, entre Antonio y Javier se colocó ...