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En el coche
Fecha: 03/03/2018, Categorías: Voyerismo Autor: Suede, Fuente: SexoSinTabues
... gusto con el momento que estábamos viviendo en esos instantes en el coche, en medio del campo y con un extraño a unos metros de distancia. Iba a decirte como me sentía cuando volviste a tomar las riendas. - Apóyate ahí. Me inclinaste hacia atrás haciéndome apoyar mi espalda contra la puerta derecha del vehículo. A la vez tú también giraste hacia tu izquierda dejando caer tu espalda sobre mi pecho y quedando ambos de frente al mirón. Volvías a dejarme desconcertado nuevamente. Remangaste de nuevo tu vestido, pero esta vez lo que hiciste fue sacarlo por tu cabeza quedando solamente vestida con el sujetador y los zapatos. - Desabróchamelo – dijiste con voz segura. Yo estaba fuera de mí, no entendía nada y sin saber el por qué te desabroche el sujetador tal como me habías indicado. Lo dejaste caer por tus brazos y asomaron tus tetas con unos pezones que mostraban una dureza y una rigidez nunca antes vista. Cogiste mi mano derecha y la llevaste hasta tu coño. Estabas chorreando. Dejé reposar la mano donde querías y comencé a realizar rápidos movimientos circulares a la vez que ejercía cierta presión. Te comenzaste a estremecer y a mover tus caderas pidiendo más acción. Tu coño era un reguero de flujos y mi mano resbalaba sobre él al son de los movimientos cada vez más rápidos y certeros que iba realizando. Liberé mi mano izquierda que se encontraba aprisionada entre tu espalda y mi pecho, y la llevé hacia tus tetas. Comencé a acariciarlas a la vez que te daba pequeños pellizcos ...
... en los pezones. Empezaste a gemir. Empezabas a sudar. Empezábamos a perder la cabeza. A la vez que te iba masturbando y acariciándote las tetas, volví a centrare en tu cuello, besándolo y volviéndolo a morder, acción que provocó en ti un pequeño grito de placer, un espasmo y la primera corrida de la noche. El mirón seguía ahí, a un metro del coche, inmóvil y con los ojos bien abierto. Seguía tocándose por encima del pantalón. Tú te habías dejado caer sobre mi pecho después de tu merecida corrida. Aparté mis dedos de tu ardiente coño y llevé uno de ellos hacia tus labios. Con la punta de tu lengua lamiste uno de ellos para seguidamente abrir tu boca y saborear tu excitación. Eso empezó a ponerme a mil. - ¿ Estás bien? – te pregunté al ver que mirabas fijamente al exterior del coche - Uffff, más que bien - ¿Cómo puedes estar tan tranquila con ese justo ahí? – te dije a la vez que señalaba en dirección al mirón - Está deseando follarme, se le ve en la mirada – me dijiste sin contestar a mi pregunta – Quiero que me folles y que lo vea, que sepa que solo tú me follas, que soy tuya nada más – añadiste. Tus palabras provocaron una reacción en mí que notaste al instante, ya que mi polla estaba aprisionada contra tu culo. Sabías lo malo que me ponían esas palabras y las pronunciaste en el momento oportuno. Te inclinaste un poco hacia adelante, hacia la ventanilla donde se encontraba el afortunado espectador, manteniendo el equilibrio entre el asiento y el suelo del coche. Echaste hacia ...