Julia y Manuel "Estrenando la Moto"
Fecha: 03/03/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: lenuma2, Fuente: SexoSinTabues
... estaba tocando. Por otro lado, su contacto me gustaba y me daban ganas de tocarla yo, me estaba excitando. No quería que parase y Julia parecía que tampoco quería parar. La carne es débil y me fui dejando. Ya estaba totalmente empalmado, aunque fuese por encima del pantalón, Julia tenía que sentir el tamaño y la dureza de mi polla y seguro que la sentía. La carretera era buena pero con muchas curvas, cada movimiento de la moto le servia para mover su mano sobre mi aparato en lo que ya era un toqueteo descarado. Yo disfrutando, no quería que parase, es mas, estaba deseando que me tocase directamente, pero ¡No! ¡Eso no lo consentiría! ¡Qué locura era esta! Así fuimos acercándonos al faro y, al menos yo, deseando que faltasen cien kilómetros. Legamos al faro, que tiene unas vistas espectaculares sobre el océano. Nos bajamos para admirarlas. Había varios grupos de personas disfrutando el paisaje como nosotros. Julia estaba radiante, contentísima y no paraba de decirme lo bien que lo estaba pasando, que era un encanto y me quería mucho. Yo estaba empezando a sentir hacia ella una atracción que era claramente sexual, si no hubiese gente la abrazaría y la besaría. ¡Qué barbaridad! Faltaba una hora para la puesta del sol que allí era espectacular, se lo comenté y nos lamentamos de que el permiso de mamá llegara hasta esa hora, si esperábamos nos tocaría volver de noche y no era conveniente asustar a mamá. Otro día será, que aún queda verano para venir. Montamos en la moto de nuevo y ...
... rumbo a casa. Al poco de ponernos en marcha de nuevo ya estaba yo echando de menos esa forma tan particular de Julia de agarrarse. Como si me leyese el pensamiento, su mano fue bajando hasta donde debía y mi flauta fue poniéndose a tono. Ya no era la primera vez y los movimientos fueron ganando en seguridad. Julia ya apalpaba o acariciaba mi miembro por encima del pantalón con bastante confianza y seguridad. Ya estaba claro que ella lo quería hacer y que yo la dejaba, es mas, a veces trataba de contraer la polla para indicarle que la sentía y me gustaba. Julia, cada vez mas atrevida, fue poco a poco cerrando los dedos sobre ella, agarrándola, ya no era un accidente, era actividad. Si parábamos en un semáforo su mano cambiaba de sitio, pero al reanudar la marcha volvía donde la esperaba… Yo había perdido la vergüenza y el sentido de responsabilidad hacia mi hermana pequeña. Estaba en la gloria y me dejaba hacer… Así, en un tiempo que nos pareció cortísimo llegamos a casa, fin de viaje y aventura. Me quedé sobre la moto unos segundos para dejar que “Bautista” perdiese algo de dureza y no se notase lo que había pasado. Metí la moto en el garaje y subí a casa. Ya era la hora de cenar y mi madre nos regañó porque según ella habíamos tardado mucho. Julia le contó lo bien que lo había pasado y las ganas que había tenido de quedarse a ver la puesta del sol. No lo habíamos hecho para no asustarla, que también pensamos en ti, mami, le dijo. - Habéis hecho lo que debíais, si llegáis mas ...