1. Julia y Manuel "Estrenando la Moto"


    Fecha: 03/03/2018, Categorías: Incesto Autor: lenuma2, Fuente: SexoSinTabues

    ... tarde, te castigo y no te dejo volver con Manu en la moto nunca más, dijo mamá. - Eso fue lo que pensamos y por eso estamos aquí. Cuando Manu tenga algo mas de seguridad nos dejarás ir y volver do noche, ¿verdad? Dijo Julia. - Anda zalamera, dúchate y ven a cenar. Estás llena de arenas de la playa y me pones la casa perdida. Te has pasado el día fuera y quieres volver de noche… El martes yo tenía entrenamiento después del trabajo pero el miércoles al mediodía me dijo Julia: Manu, ¿tienes que hacer algo al salir del trabajo? El otro día hablaste de ir al mirador del monte y yo no lo conozco. ¿Vamos? - No sé si te dejará mamá, por mi encantado, es un paseo muy bonito y acompañado es aún mejor. Pídele y si nos deja, te recojo a las siete y media. Julia desparramó toda su capacidad persuasiva con su madre, hasta conseguir permiso. - Podemos ir si volvemos con luz del día, dijo. - Trae los prismáticos de papá y mi máquina de fotos, que las vistas allí son muy buenas y nos lo vamos a pasar muy bien sacando fotos, le dije. Estate preparada y no me hagas esperar, paso a recogerte y nos vamos que nos hace falta el tiempo. Es mas lejos que el faro. Salí del trabajo y en cinco minutos estaba a la puerta de casa. Julia me esperaba en la calle con las cosas. Cargamos y arrancamos. Yo creo que ya antes de la esquina su mano estaba trabajando. ¡Coño, qué prisa! La verdad es que yo no me hice nada de rogar, mi aparato estaba a tope en nada de tiempo y la mano de mi Julia se paseaba sobre ...
    ... él con toda naturalidad. La progresión: un dedo, dos, tres, la palma entera se repitió como el lunes. Pronto su mano comenzó a cerrarse sobre mi miembro, apretando y soltando ya sin miedo, eso sí, mientras me hablaba de lo bonito del paisaje. Pronto empezamos con una conversación mas confusa y picante que me resultó muy divertida. - Agárrate bien Julia, bromeé. - Ya me agarro, dijo y apretó un poquito. - Que gusto pasear contigo Julia. - Me alegro que te guste, Manu, y apretaba otra vez. - Ojo a la curva, ¡sujetate! - ¿Está bien así? Dijo agarrando de lleno. - De maravilla, Julita. - No me llames Julita que te castigo, dijo apretando más. Poco a poco sus movimientos fueron cada vez más atrevidos. Su mano se paseaba, palpaba, apretaba, subía, bajaba, aprovechando los movimientos de la moto sobre la carretera sinuosa que sube al faro. Yo me sentía en la gloria. En ese momento no me planteé ningún problema de conciencia. A Julia le apetecía tocármela y yo disfrutaba e incluso alguna vez me moví para facilitarle el toqueteo o dejar en evidencia lo que estaba disfrutando. Así fuimos jugando hasta llegar al famoso mirador, en la cima de un monte a la orilla del mar. La vista era fantástica tanto por mar como por tierra, se veía todo el valle donde vivíamos y los montes del sur que nos protegen de los vientos huracanados del invierno. En el mar, que ahora estaba inundado por la luz del sol ya bastante bajo, se veían a lo lejos los barcos mercantes de las grandes rutas marítimas que ...
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