Laura, mi ex cuñada
Fecha: 04/03/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: Alexander0022, Fuente: CuentoRelatos
... tenía sus senos desnudos por debajo de la camisa, la bese en la boca mientas acariciaba sus piernas suaves, su cintura, para volver a meter mis manos por el escote para abusar de esos senos ahora sin nada que detenga el contacto directo. Laura aumentaba sus caricias en mis piernas, rápidamente buscó mi bulto, me lo amasaba por sobre el jean. Me incline hacia ella y le chupe los senos, los besaba, pasaba mi lengua, para luego volver a darles una chupada de aquellas. - ¡Espera! - Me dijo. Paré mis movimientos. Se levantó, fue hacia el ventanal que hay en el comedor, que da hacia el pasaje donde estaba ubicada la casa, que da hacia las casas de en frente, alguien nos podía ver, de verdad no me había percatado de eso, de igual manera, se imaginaran que no me importaba. Cerró las cortinas de manera que no se vea nada, las mismas se movían con el viento fresco que entraba por ahí, para amortizarnos un poco el calor que estábamos levantando. Volvió hacia mí y me tomo de las manos, me paré y me apoye en la mesa, me besó y se dio vuelta, apoyándome su cuerpo, mi bulto rozaba su cola mientras ella se fregaba por mí, subía y bajaba como toda una putita. Ella no dejaba que la toque. Me estaba torturando. Se volvió a dar vuelta para quitarme la camisa y la remera. Al ver mi torso desnudo me elogió, siempre entrené duro para mantenerme en forma y conseguí buenos resultados en mi físico. Me besó el cuello, bajo por mis pectorales, el abdomen, cuando se agacho sobre la alfombra quedo frente ...
... a mi bulto, mi erección era impresionante. Ya estaba en ese momento muy caliente. Me quitó el cinto, desprendió el botón de mi jean y me lo bajó, para luego sin esperar, bajarme el bóxer. Quedó con su cara frente a mi pene desnudo. Me miro y abrió más sus ojos sorprendida, 17 cm aproximados, al parecer le gusto demasiado. No quería que me la chupara, estaba muy caliente y tenía miedo de no poder aguantar las ganas de eyacular, quería alargar al máximo el disfrute de ese cuerpo que se me estaba entregando. La hice parar, le tome de la cintura y la hice arrodillar sobre la silla, de modo que quedó de perrita sobre la misma. La imagen que poseía en ese momento era espectacular, más de lo que podía haber imaginado en años anteriores, cuando mi calentura por ella había nacido. La tenía de perrita, sobre la silla, su cola se marcaba con la pollera, y sus tacos me provocaban un tremendo morbo. Le subí la pollera, sus nalgas quedaron al descubierto para mi, su tanga era diminuta, y si, del mismo color que el brasier; acaricié sus nalgas y las amasé. Paré un instante para colocarme el preservativo, le corrí la tanga hacia un lado, ella tomo mi pene y lo acomodó, empuje un poco y penetré su vagina. Al penetrarla le dolió un poco, me lo hizo saber apretando mi abdomen con una de sus manos, queriendo controlar mis movimientos, a ello, comencé a moverme lentamente dentro de ella, de verdad, estaba apretadísima esa vagina. La tome de la cintura y aplique más intensidad, ambos gemíamos del ...