1. La isla de los placeres mortales (Enter the Dame) En 120.0


    Fecha: 07/03/2018, Categorías: BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... sujeto, aunque es solo cosa de tiempo para que se entere, porque muchas de las historias que se cuentan, son secretos a voces, no es mucho mas lo que puedo revelarle al respecto, además de que debe evitar toda clase de discordias o altercados con el resto de las mujeres, créame que algunas lo buscan, cuando pueden beneficiarse de estas situaciones, y como último consejo... -Dígame por favor Manuel, le apremió casi tímidamente Paula, continuando este: -Manténgase lejos de ese par de arpías si sabe lo que le conviene. Luego de dejar el sector del comedor, Paula se dirigió al exterior, cerca de donde se hallaban hace unos minutos ambas mujeres, mas solo se hallaba la pelirroja no muy distante de donde se detuvo la morocha, apoyándose esta a un costado en la baranda de protección, para quitarse solo la prenda inferior del buzo, dejándose la sudadera. Dada las dimensiones de la cubierta, la distancia a la que se encontraba era la más discreta en que se podía ubicar Paula para respetar la intimidad y los espacios de cada una, lo cual para Rouge, que bien pudo comprobar más tarde, poco o nada significaba, la que en ese instante se quitaba una bata blanca que la cubría, quedando totalmente desnuda, untándose crema por todo el cuerpo, salvo en la espalda naturalmente, una vez terminada la acción, dejó el pomo a un lado, para observar con desaire a Paula, tendiéndose de bruces sobre una toalla. Paula intrigada por enterarse de los acontecimientos que se venían, aun más, estimulada ...
    ... por los comentarios del cocinero, quiso ilustrarse de primera fuente y haciendo caso omiso de los consejos de este, se acercó un poco más deslizándose a lo largo del pasamano, y alzando un poco la voz trató de entablar una conversación con la pelirroja, le dijo: -Si quieres te puedo colocar aceite en la espalda,... y aguardando una respuesta por prolongados segundos, solo recibió una punzante mirada de soslayo que pasaba por encima de su aguileña nariz sin siquiera levantar ni girar la cabeza, para luego cerrar sus grises y fríos ojos, mientras voceaba: -¡Ebba, Ebba,...Ebba! Paula que se había apoyado sobre una boya atada a la baranda, advirtió unos instantes después la presencia de alguien que se aproximaba por el lado, giró la cabeza instintivamente para mirar, en el momento que la figura pasaba frente a ella propinándole un empellón que casi la arrojó al agua o en el caso más afortunado la hubiera tirado al piso si no es por sus rápidos reflejos, la muchacha tuvo la intención de responder a la agresiva e irracional acción, pero se contuvo, ya se lo habían prevenido tres veces; primero fue Dupont, después el capitán y hacía pocos minutos Manuel. Quien había pasado de forma muy poco cortes, por decir lo menos, era al parecer la llamada Ebba, cubierta tan solo con la parte inferior de un bikini blanco, llevando un vaso de bebida y dirigiéndose a su amiga, le preguntó con voz despreocupada y cantarina, con un marcado acento nórdico: -¿Si querida,…me llamaste,... me necesitas? ...
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