La isla de los placeres mortales (Enter the Dame) En 120.0
Fecha: 07/03/2018,
Categorías:
BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... derecho de cambiar y modificar a su antojo parte o toda la indumentaria que ella usaría, exigiendo que se presentara totalmente desnuda. También demandó que les fueran cortadas y lijadas romas, las uñas de pies y manos antes del combate, en cambio ella tuvo el privilegio de conservarlas del largo conveniente, afilándolas y esmaltándolas con un duro barniz metálico, maquillada exageradamente como la zorra que era, con su rojiza y larga cabellera entrenzada y sujeta por un cintillo con agudas púas adheridas, evitando así ser cogida por la cabeza. Las reseñas que la escandinava hacía de este encuentro, no hacía otra cosa más que potenciar su gusto por describir morbosamente los hechos, y sin olvidar detalle alguno continuó explayándose: -La primera en presentarse fue “La Harpie Rouge”, que era el orden en que esta pidió que se hiciera; saliendo por una puerta que daba a un extremo del cobertizo, siendo recibida con aplausos por la reducida concurrencia. Llegó cubierta solo con un corto batín blanco atado a la cintura, que dejaba al descubierto la mitad de sus fornidos muslos, caminando y avanzando segura con arrogancia frente a los concurrentes, contoneándose al pasar en forma atrevida, para apoyarse finalmente en posición de calmada espera sobre uno de los caños metálicos que conformaban el cuadrilátero, que eran utilizados para delimitar zonas de las caballerizas, y que en esta ocasión conformaban el área de lucha. Instantes después apareció por el acceso principal, “Paula la ...
... loca”, custodiada por dos guardias mujeres, una a cada lado. Fue recibida con murmullos y comentarios. Llegó desnuda, lo que le daba claramente una sensación de inseguridad, siendo llevada hasta el cuadrilátero, pasando al interior de este por entre las barras horizontales, mientras Rouge se pavoneaba, apoyada en los caños metálicos permaneciendo aun fuera del cuadrilátero, poniendo atención a una de las chicas custodias, que anunciaba el inicio del esperado encuentro. -Además de las mujeres escoltas; estaba Karl con una mujer rubia de rasgos orientales, llamada Kim, de la que después te hablaré, por supuesto también estaba Osman, el protector interesado mexicano o sudamericano, y yo, que por invitación expresa de Rouge quería que observara su presentación. La narración que hacia la sueca no requería de pregunta alguna por parte de la atenta Paula, ya que el tema era lo que más le apasionaba, insistiendo como de costumbre en los detalles, continuaba novelando la situación: -Cuando se acabaron las presentaciones, Rouge se aproximó a nosotros, sacándose con una simulada calma el batín, que depositó en el regazo del “protector” sudamericano y admirador, ofreciéndosele abiertamente. Después se volteó y avanzó hasta el cuadrilátero, pasando ágilmente entre las barras metálicas, que estaban separadas algo más de un pie entre ellas, deslizándose ágilmente hacia el interior, cerca de donde se encontraba “La loca”. -Rouge me confidenció, que el sujeto venido de América, había sido muy ...