Chica en la carretera - Relatos Eróticos

Chica en la carretera

Hola amigos, me llamo Arturo y quiero contarles lo que me sucedió hace algunos años, cuando, por motivos de trabajo, viajaba frecuentemente a un Puerto del Pacífico mexicano. 
Una mañana salí de mi casa en Coatzacoalcos, Ver.  con rumbo a Salina Cruz, Oaxaca. Eran aproximadamente las seis de la mañana cuando me detuve en un restaurant a la orilla de la carretera para tomarme un café. Casualmente era la parada del autobús que hace el recorrido entre los dos puertos y ahí se encontraba solamente una chica esperando la llegada del transporte. Era una jovencita no muy alta a pesar de que traía tacones altos, pantalón de mezclilla y una blusa corta, sexi muy sexi. 
Terminé mi café y me dispuse a continuar mi marcha. La compañía para la que trabajaba me proporcionaba vehículo para movilizarme.
Me arriesgue a preguntarle a la chica que para donde iba y no me contestó. Insistí, diciendo por cortesía que si iba por mi rumbo, con gusto la llevaría. Probablemente le cause confianza porque me dijo que iba hacia Oaxaca capital, pero para llegar allá tenía que tomar otro autobús en Tehuantepec, una ciudad que me quedaba de paso.
Le dije que yo iba por el rumbo y que si quería podría llevarla. Ella llegaría más rápido y yo tendría alguien con quién platicar en el trayecto. Aceptó.
Así nos fuimos platicando, me preguntó que en qué trabajaba y le dije que era representante comercial de una empresa y que iba a visitar un cliente importante con quién ya tenía cita. Ella me dijo que ...

... trabajaba de bailarina y que tenía un contrato para bailar en un bar de Oaxaca. Que no conocía y que por eso iba con dos días de anticipación para tantear el terreno. 
Les dije al principio que era una chica muy sexi y que me llamaba la atención. Y como no soy una persona tímida, le propuse que se quedara conmigo esa tarde y noche y que al día siguiente siguiera su viaje. No la Vi muy convencida. Más tarde, antes de llegar a su destino, le pregunté si quería comer algo porque ya era hora del desayuno. Aceptó y paramos en un restaurante y desayunamos y aproveché para insistir que se quedara conmigo. Después de pensarlo algún rato me dijo que si 
Seguimos el viaje y cuando llegamos a Salina Cruz, le dije que tenía una reservación en el hotel que siempre me alojaba y que para ahorrar tiempo, ella se hospedara y yo me iba a mi cita programada. Que al salir de ella iríamos a comer. Que aproximadamente sería entre cuatro y cinco de la tarde. Quedamos que le llamaría por teléfono para que ella bajara de la habitación y nos fuéramos a comer. 
Más o menos a las cuatro y media le hablo diciéndole que ya estaba en camino y que me esperara en la puerta del hotel para no tener que perder tiempo en estacionar. 
Llego al hotel y veo a una mujer exquisita con un vestido pegadito, corto, que resaltaba su belleza y su juventud. Quedé extasiado. Me baje a abrirle la puerta del auto y nos fuimos al restaurante. Entramos y la gente nos quedaba mirando fijamente, los hombres con lascivia y las ...