mi hijo el striper - Relatos Eróticos

mi hijo el striper

La madre descubre la profesion de su hijo y curiosa termina ausando sus servicios. Soy una mujer de 43 años, casada, con un hijo de 17 que no estudia ni trabaja, Nos tiene muy preocupados por su vida de vagancia y de trasnoche, sin embargo no nos pide dinero desde hace años y tememos que este en el delito. Mi marido ha hablado seriamente con él y me tranquiliza diciéndome que no me preocupe que gana su dinero con su arte y que yo sepa no pínta, no canta, ni es actor, solo me entere que una vez fue extra de cine. Mi marido es fotógrafo reportero para una revista, no será su arte la fotografía?. Nunca fue muy revoltoso, mas bien apocado y muy casero hasta sus 16 años, allí comenzó a descarriarse. Es un chico alto, delgado, de buena estampa, morocho de ojos negros y ahora con barba y pelo bastante largo. No le conozco novia pero por lo que pude apreciar las debe tener, en su mesita de luz nunca le faltan condones. No viste distinto a otros chicos de su edad y es muy marquero, siempre con ropa nueva, dice que la usada la regala. La única ropa interior rara es la zunga, pero ahora todos los chicos las usan para resaltar su pito y alardear frente a las chicas, que por otra parte están regaladas, cada días mas putas. No bebe, al menos no tiene olor a alcohol, solo cerveza y los famosos energizantes. Muchas chicas lo llaman por teléfono pero es tan reservado que no las puedo localizar, al menos marica no es. Una vecinita anduvo un tiempo detrás de él pero ya se le paso, no las busca ...

... en el barrio. Últimamente siento que cuando hago las compras algunas vecinas parecen cuchichear entre sonrisas cosas de la que no me participan, no será algún chisme sobre mi persona, no creo. Una amiga a la que frecuento le hice el comentario y lo evadió muy puerilmente por lo que mis sospechas se acrecentaron. Pensé mi marido me mete los cuernos y estas lo vieron. Le pregunte abiertamente que pasaba, que ella lo sabía y que debía contarme, fuese lo que fuese. Bueno te contare lo que sucedió, me dice, no te inquietes no es nada malo, al contrario debería llenarte de orgullo. No entendía nada, mi inquietud me podía. Ocurre que los otros días la madre de una de las vecinas se juntaron con otras abuelas a festejarle los 70 años a doña Berta y lo hicieron en casa de una de ellas que vive sola. Dentro del festejo le prepararon una sorpresa. Le vendan los ojos y la hacen esperar sentada, traen a un joven en pelotas con una pija muerta pero larga y le hacen tocar la poronga mientras de cantan cumpleaños feliz, Berta asombrada no sabia que tocaba, pero va palpando y se da cuenta de lo que era, titubeo un rato, las putea a todas y dice abra que aprovechar el regalo, lo pajea y la poronga toma dimensión lo que causa admiración y aplauso entre las amigas, que ya estaban bastante alegre con todo lo que habían tomado. Berta se la lleva a la boca y se la chupa al chico por un buen rato, y les dice a las amigas prueben Uds. también mientras me saco la ropa, el muchacho se las da aprobar a ...