1. La casa en la playa 18 FINAL


    Fecha: 12/03/2018, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues

    ... parientes que no concebían otro tipo de "familia" que no fuera la típica y tradicional y que cada vez que se hablaba de homosexualidad, se la calificaba de "degeneración" o de "enfermedad". Sonrió con sólo pensar eso. Nunca se había sentido más "sano" que en estos días. Al final, que?, a la mierda! que piensen y digan lo que quieran, él había probado, había sentido, había vivido y sabía que él no era ni degenerado ni enfermo, y que por más que todos condenaran esta forma de ser, él era así, era feliz siendo así y no pensaba hocicar para adaptarse al molde de lo que "está bien". Volvió a abrazar a su primo, lo besó tiernamente y en minutos estaba durmiendo nuevamente. Se despertaron pasadas las 10 de la mañana. Primero Jony, que se quedó remoloneando y acariciando las nalgas de Lucas (qué tremendo culo tenía ese pibe!). Después Lucas, que se quedó remoloneando porque le encantaban las caricias en los cachetes, y luego Ezequiel, que expeditivo se fue a duchar porque el olor a culo cogido y leche lo tenía impregnado en todo el cuerpo. Matías seguía roncando. Lucas y Jonathan se fueron a duchar juntos y, por los quejidos que venían del baño, seguro que volvieron a romperse el culo. Ezequiel se encargó del desayuno y cuando estuvo el primer mate, se fue al dormitorio. Besó en los labios a Matías y comenzó a acariciarlo hasta despertarlo. Cuando Mati abrió los ojos, vio a su amigo, sentado a su lado en la cama, mirándolo dulcemente y ofreciéndole el mate. Se incorporó y bebió ...
    ... despacio. Si los demás tenían olor a culo cogido, él ni hablar. La baranda a semen mezclado con juguitos de orto que tenía era insoportable. -Esperá-, le dijo Eze, -tu primo y Lucas están cogiendo en el baño-. Buscó un bata blanca, (qué cosa no tenía en su maleta?) y se la dio para que se la pusiera. Se fueron los dos a la cocina. Matías caminaba raro, estaba tan abierto que con cada paso sentía el ir y venir de sus nalgas. Por las dudas se sentó despacito, la silla le reveló dolorcito y humedad, pero en lugar de quejarse, sonrió. Eze que lo miraba, sonrió también, sabía muy bien lo que Matu estaba pasando. Comenzaron a desayunar en silencio, pero no dejaban pasar oportunidad de mirarse a los ojos, cada vez que se pasaban el mate, iba la mano con el poronguito e iban los ojos llenos de satisfecha amistad, de camaradería especial, la camaradería que viene de compartir un secreto mutuo y de saberse diferentes del mundo pero iguales, pares, hermanos en ese gusto prohibido pero que era de ellos y no podían negar, pero sí esconder de los demás. Al rato en bolas y aún besándose mientras caminaban aparecieron los otros dos. -Vístanse, cochinos!, les espetó Eze. Los dos se miraron se rieron y se fueron meneando las nalgas al dormitorio a vestirse. A los 5 minutos regresaron vestidos. Matu preguntó enseguida -Qué hicieron en el baño, puercos?- la respuesta entre sonrisas no se hizo esperar: -cambiadita, uno cada uno, primero me lo clavé a Luquita y después casi me la saca por la garganta ...
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