La casa en la playa 18 FINAL
Fecha: 12/03/2018,
Categorías:
Gays
Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues
... de cómo me la enterró, menos mal que estábamos en la ducha, porque el paisano este es un lechero total, más que un polvo fue una enema de leche! Todos rieron de buena gana por la ocurrencia de Jonathan y comenzaron a compartir un desayuno largo y tranquilo, con un poco de tristeza porque se terminaba el fin de semana de orgía. Lucas estaba un poco triste y se los hizo saber, porque lo había pasado tan bien con sus nuevos amigos porteños que ahora se iba a sentir más solo que antes de conocerlos. Eze en seguida se apuró a decirle que podía venir a su casa cuando quisiera y que seguro que los tres le iban a hacer conocer "las vías" y la "costa de Sarandí", que no eran como su lagunita pero que cuando la tuviera adentro poco le iba a importar el paisaje. Lucas sonrió triste y les dijo "los quiero mucho", los tres porteños se levantaron y lo abrazaron, los cuatro unidos en un abrazo fraternal. Se propusieron llamarse, escribirse y viajar seguido a San Clemente. Y que descontara desde ya, que de enero a marzo, iban a estar ahí y que si la casa estaba alquilada, que les hiciera lugar en su casita alejada, porque aunque estuviera muerto de cansancio luego del arduo día de trabajo del verano, de coger no se iba a salvar. Ahí comenzaron ya a hacer planes, y la tristeza de Lucas se convirtió en entusiasmo. El micro salía a las seis de la tarde, así que aun tenían tiempo. Lucas los invitó a su casa a almorzar, ya con los bolsos preparados como para de ahí encarar para la terminal. ...
... Aceptaron de inmediato, todos querían conocer la famosa casita de Lucas. Se pusieron a ordenar los dormitorios, a ventilarlos bien para eliminar olores, limpiaron manchas de semen, y de otras cosas no tan transparentes que a veces salen cuando un culito se llena de leche, lavaron y secaron con la plancha lo que no quedaba más remedio que lavar y dejaron la casa como si los habitantes de esos cuatro días hubieran sido un par de jubiladas del PAMI. Eze tuvo que prestar especial atención a sus tesoros, que guardó en un doble fondo de su maleta. La caminata hasta la casa donde Lucas había conocido por primera vez el sexo con un hombre fue bastante larga, pero al fin llegaron. Por el camino compraron vituallas para un almuerzo ligero y Lucas insistió en comprar dos botellas de Chandon para brindar por el encuentro y por la amistad que había nacido. Los porteños primero se negaron, su presupuesto daba más para sidra que para Chandon, pero al final accedieron. La casita resultó tal cual se las había descripto Lucas, y las vecinas tan chusmas como él había contado, aunque ahora estaba más prolija ya que Lucas le había gastado plata en pintura, cambiado algunas aberturas desvencijadas y haciendo el baño nuevo, con bañera, con grandes espejos, videt y todo lo que un puto merece. Almorzaron conversando animadamente. Luego de la sobremesa, Lucas, sin dejar que lo ayudaran, levantó la mesa, limpió las migas y cuando estuvo todo bien pulcro, trajo la primer botella de Chandon y unas copas ...