Fui desvirgada brutalmente por un albañil
Fecha: 08/09/2023,
Categorías:
Primera Vez
Tus Relatos
Autor: Alexandra Love, Fuente: RelatosEroticos-Gratis
... hablaba al oído estando tremendamente excitado.
—Mamacita, que rico hueles, eres una putita muy fina. Que rico se siente estar dentro de ti mi reina.
—Soy suya cójame, siento muy rico.
—No le vayas a decir a nadie, tú sabes que esto fue porque tu quisiste ¿Verdad? ¿Te gustó mi reina?
—Sí, no se preocupe, no lo meteré en problemas. Me dolió mucho, pero estuvo muy rico, esto es lo que yo quería. —Yo sentía el culo muy sensible y mi ano latía desgarrado.
El albañil retiro su verga manchada de mi sangre de mujer escarlata y se vistió apresuradamente, mientras yo permanecía tirada en el colchón, con la vagina y el ano desvirgados, manchados de sangre y mi rostro con él rímel de mis pestañas escurrido por mis lagrimas saladas. El albañil recogió unas cosas que tenía cerca del colchón, salió corriendo de la construcción mientras miraba a los lados para verificar que no le viera nadie.
Cuando vi que se había ido, me levanté adolorida con el semen y sangre escurriendo por mi entrepierna. Me puse mi tanguita roja que había quedado floja por los tirones, me vestí con mis jeans manchándolos de sangre por dentro, estaban tan ajustados que hacían fricción en mi zona íntima y me dolía mucho así que les dejé desabotonados y con el zíper abajo para que no me lastimaran tanto, recogí mi brasier rojo rasgado y lo metí en mi bolso. Me puse mi blusa blanca que estaba muy rasgada por los tirones, dejándole algunas manchas con la sangre que traía en mis manos por haber tocado mi ...
... entrepierna.
Mis tacones tenían las correas rotas, ya que el albañil me los había quitado a tirones, me los puse, pero no podía caminar bien con ellos, pues me podía torcer los tobillos. Entonces tomé mi celular del suelo, lo guardé en mi bolso y salí de la construcción caminando muy despacio entre la grava, cemento y arena que había en el suelo. El camino estaba muy oscuro, miré a los lados y no había nadie, solo un par de coches estacionados en unas casas como a 30 metros de distancia. Me sentía muy avergonzada y humillada, no quería me fueran a ver desgreñada, con la piel mugrosa, la ropa sucia y rasgada. Mi rostro, aunque no podía verlo sabía estaba manchado por el rímel que escurrieron mis lágrimas y del labial de mis labios. Así que caminé y me fui hasta llegar a la entrada de mi colonia, escondiéndome entre las casas y los vehículos estacionados. Evitando con la mirada hacia abajo a las pocas personas que había en la calle, con mi mano derecha iba sosteniendo mi blusa ya que los senos se me descubrían, pues la blusa había quedado muy floja por los bruscos tirones de ese albañil, que se dejó llevar por la fuerte lujuria que desperté en él. Caminaba un poco mareada por el alcohol que había tomado en casa de mis amigas, mis tacones estaban muy flojos pues tenían rotas las correas y los tobillos se me torcían. Cuando iba a llegar a mi casa vi que uno de mis vecinos estaba afuera, así que esperé sentada entre unos coches hasta que se metió a su casa y yo pude entrar a la mía sin ser ...