1. Los albañiles de la bodega me desgarraron el culo


    Fecha: 13/10/2023, Categorías: Sexo en Grupo Tus Relatos Autor: Alexandra Love, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    ... cuadra o sea que ahí nadie podría ayudarme ni oírme aunque gritara, así que caminé un poco más de prisa para evitar que me vieran pero de pronto escuché que me comenzaron a silbar a modo de piropo y yo solo camine ignorándolos y sin mirarlos, y ellos comenzaron a decirme cosas muy sucias.
    —¡Que buena estás mamacita! ¡Que ganas de meterte la verga en tu culito! ¡No corras que no muerdo nomas te cojo chiquita! —y otras cosas que no alcance a escuchar.
    Típico que ven a una chica sola, desprotegida y le dicen vulgaridades, eso me puso muy nerviosa en ese momento el camino se me hizo eterno hasta que por fin salí de esa calle y di vuelta en la esquina para llegar a la parada del camión, lo abordé y llegué a casa.
    Esa noche no podía dormir por estar pensando que diario tendría que estar pasando por ese lugar y que estarían ellos, lo que me daba algo de miedo, pero al mismo tiempo recordando las cosas que me dijeron, me hicieron sentir deseada, que un grupo de hombres quisieran hacerme suya,  eso que escuché sobre meterme la verga en mi culito, cada que recordaba eso sentía una sensación en mi parte íntima que me ponía húmeda, solo pensar que esos hombres cuando me vieron pasar se imaginaron penetrándome y disfrutando de mi cuerpo. Todos los días al bañarme toco mi cuerpo pensando en gustarle a alguien desde que me separé de mi pareja porque me fue infiel, y a decir verdad en mi trabajo y con mis amistades he conocido hombres que me pretenden, pero ellos no me causan atracción, ...
    ... a mí siempre me han gustado los hombres rudos. Así que se me ocurrió que en lugar de tener miedo y evitarlos, trataría de disfrutar de esas vulgaridades que me dirían y sentirme deseada por esos hombres fuertes y sucios, que me veían con tantas ganas de cogerme.
    Al día siguiente decidí ponerme una blusa negra de tirantes ajustada, unos jeans a la cadera que me quedaban muy entallados con rasgaduras que dejaban ver la suave piel de mis piernas, y que apretaban mi zona íntima marcando mi vagina y levantando mis nalgas, también me puse unos tacones negros. Así que yo sabía que si quería correr no podría, y tendría que caminar con seguridad. Les juro que mientras me vestía no dejaba de pensar en que esos hombres me verían pasar, prácticamente estaba arreglándome para ellos. Me maquillé como siempre y me puse perfume con aroma a frutas exóticas.
    Caminé rumbo a mi trabajo y cuando faltaban unos 30 metros para pasar por la bodega pude ver que uno de ellos me miró y les aviso a sus compañeros mientras cargaban unas cubetas con arena, así que me preparé para pasar por ahí, pero esta vez decidí pasar junto a ellos para confrontarlos e interrumpirlos en sus labores. Al llegar ahí se me quedaron viendo con una mirada lujuriosa directamente a mis senos pues estaba escotada y a mi entrepierna la miraron como si quisieran meter su lengua en mi parte íntima, de inmediato sentí como me temblaron las piernas y un vacío en el estómago de los nervios.
    —Adiós, señorita. —Me dijo uno de ellos. ...
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