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A por ella (I)
Fecha: 14/03/2018, Categorías: BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... inferior de vez en cuando. Como ya estaba como una moto cogí el chandal con cuidado y lo bajé lentamente hasta que le quedó por las rodillas. Me asombré de ese culito, puesto que no llevaba braguitas sino un tanga que me dejaba ver esos dos alucinantes glúteos partidos por una pequeña franja blanca del tanga. Me bajé el pantalón corto que suelo llevar por casa para ir cómodo y dejé libre a la bestia con ganas de entrar hasta el fondo. Pero cual fue mi sorpresa, cuando después de bajarle el tanga me encontré el hilillo de un tampax colgando entre las piernas. Me quede aturdido al ver que se me había acabado la juerga. Mire al espejo y la vi como me miraba con esa mirada de "gozo" y "lo siento". Entonces fue cuando me salió la vena sado. -No importa, te la voy a meter por detrás y no vas ha decir nada. ¿Te la habían metido alguna vez por detrás?. Su rostro cambio al instante, ceñó las cejas con cara de dolor y negó con la cabeza. - Ya veras como te gusta....... -Y si no, te aguantas. Pensé para mi. Cogí mi verga con una mano y la llevé hasta su ojete mientras que con la otra mano le separaba el culito. Ella ya había cerrado los ojos y había puesto cara de dolor cuando comencé a empujar mi polla dentro de su culo. Cuando había entrado solo la cabeza soltó un suave quejido de dolor y se retiró sacándose la verga de dentro. Con furia le aticé un cachete en el muslo. -Calla. No he dicho que no quiero oír nada. Con los dedos marcados en el culo, comencé otra vez a meterla y esta ...
... vez ni se movió ni protestó con ningún ruido proveniente de su boca. Estaba agarrada con fuerza a la ropa que había el armario. Comencé a sacarla lentamente hasta que casi estaba fuera, para volverla a meter poco a poco, una y otra vez. Su cara reflejaba el sufrimiento de la primera vez, de no haber dilatado antes esa parte. -Té duele? -Sí.- Respondió - Pues si quieres puedes quejarte, pero no molestes a los vecinos, querida. Y le volví a atizar con la mano en el culo por hablar sin mi permiso. Soltó un "ay" al que continuo una especie de sollozo. Sin darle tiempo a descansar volví a menearla dentro de su sabroso culito mientras le agarraba de la cintura para acompañarla en el vaivén de las sacudidas. Cuando vi que ya había entendido su papel en el juego, me recliné sobre su espalda para acoplarnos perfectamente y comencé a buscar con mis manos esos enormes melones que tantas veces había ansiado tener en mis manos y probar con mi boca. Encontré de nuevo su sostén que a duras penas podía mantenerlas dentro con tanta sacudida seguida. Fui empujando el sostén hacia arriba para sacárselo sin desabrocharlo, pero el mismo peso de sus pechos lo dificultaba, así que opté por una vía rápida. Cogí la tira del sujetador por los enganches y estire bruscamente rompiéndolo por el cierre, a lo que ella giro la cabeza diciendo un "no" que de nuevo rompía su voto de silencio, y que esta vez se ganó una buena tunda. La saqué de dentro y antes de que fuera a darle el primer azote, ella ya había ...