Nombre de ángel: Matías
Fecha: 19/09/2017,
Categorías:
Erotismo y Amor
Hetero
Autor: Mewlen, Fuente: CuentoRelatos
... menos cuando se mostraba más juiciosa que yo, quien se suponía debía ser el adulto. - Adelante, habla - Sí su señoría: la verdad es que esto es tu culpa. - ¡¿Mía?! - Sí, tuya... Hizo una pausa... conocía esa mirada: su intento de comedia anterior era para ocultar algo doloroso. - Está bien, dime, ¿qué pasa? - Desde... aquella noche... tengo pesadillas. No me hagas repetirlas por favor, pero tienen que ver con lo que intentó... tu sabes. - Continúa - Bueno... ¿recuerdas cuando enfermaste? - Sí, bueno, no… Tú entiendes - Claro. El hecho es que los días que estuve cuidando de ti dormí acá, contigo... Agachó su mirada algo sonrojada... supuse que había algo más - ¿Y…? - Y, bueno... el día que deliraste dormí contigo, en tu cama... ¡no te enfades!, estabas temblando... pero eso no es el punto, al menos no ahora. Volvió a mirarme a los ojos, ahora hablaba en serio - Matías, esa noche fue la primera en la que pude dormir algo... Francamente, no supe qué decir por largos instantes. - Susana... ¿por qué no me lo dijiste antes? - Vergüenza... creo. ¿Cómo te lo iba a decir después de todo lo que has hecho por mí?... además, seguro no me creerías, pensarías que estaba tonteando o peor, que quería jugar contigo. - No, vamos... reconozco que tengo algo de la moralina de mi madre, pero no soy un tonto - Ya, pero seguro que dirías que "un hombre y una niña no pueden pasar así la noche juntos" - ¡Obviamente! - Pero gracias a eso puedo dormir bien, o casi... desde que me cuelo en la alcoba ...
... logro descansar, incluso he mejorado en mis notas ahora que logro dormir... déjame dormir acá, por favor... piénsalo como si fueras mi hermano y durmiéramos en la misma habitación... no es nada tan raro - Bueno, tampoco es muy normal que digamos, ¿no crees? - En serio Matías... te lo juro: prefiero estar incómoda en el suelo, muerta de frío, antes de no poder dormir... es horrible. Me miró, arrodillada en su cama improvisada. Se veía decidida y, por sobre todo, era obvio que hablaba en serio. Mantuvo la mirada en mis ojos por largos instantes, mientras yo buscaba en ella algún asomo de duda. Quizás, si hubiera sabido lo que me deparaba el futuro, hubiese mantenido la boca cerrada... Abrí la cama por el otro costado y dije simplemente - Ven, si quieres... ¡pero nada de jugarretas! Su cara se iluminó con aquella adorable sonrisa. Se puso de pie de un salto y se metió entre las sábanas como una exhalación. Se acurrucó a mi lado y la vi sonreír. - Gracias, Matías Estaba muerta de frío, pude notar al cubrirla con las cobijas, pero aquella chica se veía tan indefensa a mi lado que debí contener el deseo de abrazarla. Fue ella quien acortó la distancia sobre mi espalda cuando casi se había dormido... pude escuchar simplemente un - Te quiero, Matías. Esa noche volví a jurarme que, si estaba en mis manos, nadie volvería a hacerle daño. Aquel particular arreglo fue el inicio de todo. El primer día me costó bastante conciliar el sueño. Estaba demasiado preocupado por Susana. Hasta ese día, ...