Nombre de ángel: Matías
Fecha: 19/09/2017,
Categorías:
Erotismo y Amor
Hetero
Autor: Mewlen, Fuente: CuentoRelatos
... portazo. Volví casi de amanecida. Mi arrebato fue exagerado, lo sabía, pero necesitaba tiempo para calmarme. Estuve a un tris de mandar mi decoro a la mierda y, lleno de rabia, besar a la fuerza a Susana, sin importarme que mamá estuviera mirando. Procuré hacer poco ruido cuando entré: La casa estaba fría; claramente ambas se habían ido a acostar. El frío de la madrugada también me había calado hasta los huesos; en mi genialidad ni siquiera tomé una casaca para protegerme del frío, teniendo que confiar aquello a mi suéter y mi bufanda. Fui a la cocina a prepararme un café para volver a entrar en calor. Me sentí el hombre más miserable del mundo cuando vi la mesa, aún sin tocar, esperando a que yo volviera... ... Olviden eso, me sentí verdaderamente miserable cuando la vi a ella. Estaba dormida, sentada en el suelo, en una esquina. Solamente una vez la vi en un estado peor, y no quería suponer siquiera que la hubiera hecho sentir algo semejante. Por cómo se abrazaba las piernas supuse que habría estado llorando; siempre que adoptaba esa posición era para ocultar las lágrimas, desde aquellas inofensivas producto de alguna telenovela melosa hasta las que de veras dolían y de las que no solía hablarme. Traje una frazada y la cubrí. Me senté al lado de ella, tratando de no despertarla. Nunca había tenido la oportunidad de verla así, tan indefensa. Se me antojó la mujer más hermosa del mundo. Sí, mujer... por primera vez la vi como una mujer ya hecha y derecha. Aquel año la había ...
... cambiado; había en su semblante una expresión que decía a las claras que ya no era la niña que atropellé aquella atolondrada noche hacía casi un año. Notaba en ella la expresión de alguien quien ya comenzaba a tomar el control de su vida, alguien quien había pasado por una prueba muy dura y había logrado salir entera. Me puse de rodillas frente a ella, buscando mirarla mejor. No supe realmente qué es lo que estaba haciendo. La quería demasiado como para intentar nada en aquel momento; no sólo hubiera sido impropio: hubiera sido indigno. Me recreé en su vista por largos minutos, venciendo al final mi reticencia al contacto al retirar un rebelde mechón de su cara. Se despertó al instante, mirando fijamente a mis ojos. Tardó un par de segundos en reaccionar. Esperaba que me gritara o me golpeara; en vez de ello, saltó hacia mí, haciéndome caer de espaldas. - ¡Matías, volviste! - Eh... claro -dije-... esta es mi casa, ¿no? Se incorporó como si yo hubiera sido veneno... - Sí, claro... tienes razón... lo siento... me iré a primera hora - ¿Qué?... ¿cómo?... ¿qué cosa?... ¿tú? ¿¡qué!? - Si, lo siento... no pretendía que te enojaras... de veras lo siento... no te preocupes, ya no volveré a molestarte Me paré al lado de ella... no estaba entendiendo nada - ¿¡Se puede saber qué dices!? - Tú... bueno... te enfadaste... te fuiste... no quisiste pasar tu cumpleaños conmigo... tu madre dijo que te habías enfadado en serio... yo no quise... no quiero... yo... no me abandones por favor... ¡te ...