Nombre de ángel: Matías
Fecha: 19/09/2017,
Categorías:
Erotismo y Amor
Hetero
Autor: Mewlen, Fuente: CuentoRelatos
... necesito!... te amo Me besó en los labios, con pasión, con desesperación, mientras ahogaba su llanto en mi boca. Yo estaba bloqueado. Sí, cierto, había estado enfadado, muy enfadado... tanto como para gritar y decir y hacer cosas que de veras no sentía. Desde pequeño me acostumbré a que cuando me sentía así buscaba espacio para pasar la rabia y no hacer una estupidez... desahogarme y volver cuando me calmara... ... Y mi madre lo sabía... vieja zorra... ... Hizo llorar a Susana -pensé-... la mataría más tarde, luego de agradecerle por este momento. Disfruté del beso como no lo había hecho nunca. Mis manos comenzaron a recorrer su espalda y su cintura con intenciones poco -o muy- honestas. Deseaba tanto aquello que casi me dejo llevar, sin embargo, un último atisbo de cordura me hizo detener. No, no la rechacé ni nada por el estilo... ni siquiera la solté de mi abrazo; hubiera preferido cortarme los manos. Simplemente me detuve, apoyando mi frente con la suya, dejándola sollozar tranquila, esperando que se calmara. Le tomó unos minutos hasta que pudo hablar más tranquila - Bueno -dijo-... el gato está fuera de la bolsa, ¿no?... te amo, te amo con todo mi ser Matías. No sólo eres mi amigo y mi ángel, también eres el hombre que amo. La acaricié varias veces, recorriendo su cara y jugando con su pelo. Adoré cada momento, en particular cuando cerraba sus ojos al pasar mis manos por sus mejillas. Me incorporé sobre ella y la besé, esta vez teniendo el control del gesto, casi ...
... cubriéndola con mi cuerpo. Con amor, pasión, morbo y deseo. Un beso controlado en el que le dije todo lo que no estaba dispuesto a decir a viva voz aún. Sentí su excitación crecer a la vez que su respiración se hacía más agitada. Exploré con cautela sus labios con mi lengua. Tardó unos instantes en responder, pero cuando lo hizo fue con seguridad y anhelo. No fue un beso breve, no pretendía que aquello terminara de inmediato y no iba a llevármela a la cama... al menos no durante un tiempo. Recorrí sin prisa su cuerpo, comenzando a fijar sus formas en mi memoria. Ella se entretenía abrazándome de forma tan cálida que el recuerdo del frío de aquella noche no volvió a abrazarnos. Sentí el ardor de sus labios expandirse por todo mi cuerpo, hasta llenarme desde la coronilla a la punta de los pies. Cuando perdió el aliento se separó de mí, inhalando algo del frío aire nocturno... aproveché de poner algo de espacio de por medio. Me miró anhelante, sin hablarme, pero podía notar la llama de su deseo en sus pupilas... habría de ser un poco cruel, pero no quería hacer mal las cosas. - Susana... esta noche no va a pasar nada más - ¿Cómo? - Sí. Siempre te lo he dicho - ¡Ya no soy una niña! - Sí, lo eres... y está mal que sienta lo que siento por ti - ¡Ya tengo 17 años! - Tienes 16, y yo 23... - ¡La diferencia no es tan grande! - Lo sé - ¡Y estoy emancipada! - También lo sé... recuerda que fui yo quien hizo los trámites - ¿Entonces?... no me digas que no me quieres, que no me deseas - Ese es el ...