Nombre de ángel: Matías
Fecha: 19/09/2017,
Categorías:
Erotismo y Amor
Hetero
Autor: Mewlen, Fuente: CuentoRelatos
... turno: resultó que Susana presentaba heridas que se ajustaban con el perfil de abuso sexual, y siendo yo alguien con pintas sospechosas (entiéndase "de pelo largo, barba no cultivada y poco acicalado") por fuerza era persona de interés. Luego de un breve interrogatorio Susana le aclaró que los moretones se debían a una pelea que tuvo con un chico que quiso propasarse con ella en la fiesta a la que había ido, y que yo, su HERMANO, había ido por ella y la había traído al hospital. La desfachatez de la niña me puso de mal humor y estuve a punto de desenmascararla, pero su mirada suplicante logró conmoverme. Rendido, di por verídica su historia y el policía se dio por satisfecho, no sin antes ayudarla a entrar a mi cacharro y recomendarnos que fuéramos directo a casa. Una vez en privado, me dirigí a ella - Y bien, "hermanita" ... ¿dónde vivimos? - Donde tú quieras -dijo mientras abrazaba sus propias piernas-... puedes dejarme en cualquier lugar que te plazca. Nunca había sido muy bueno tratando con mujeres, pero aquello no tenía buena pinta. - ¿Susana, no es cierto? - Sí - Yo me llamo Matías... mira, no sé si quieras contarme lo que te ha ocurrido, pero de veras necesito saber dónde llevarte... ¿dónde vives? - No importa... no puedo volver allá - ¿Quieres contarme por qué? - No… y de todas formas no me lo creerías - Oye... no voy a dejarte tirada así sin más - ¿Puedes llevarme a tu casa? -dijo sollozando- - Niña, ni siquiera vivo en esta ciudad - Tanto mejor... - No te entiendo - ...
... Mañana... por favor... no esta noche... déjame pasar la noche en tu casa. -dijo sollozando- - No creo que sea apropiado que vayas a la casa de un desconocido... - No eres un desconocido... eres Matías, mi hermano, el que me trajo al hospital, ¿no? Logró arrancarme una sonrisa - Está bien, hagamos una cosa: te puedes quedar a dormir hoy en mi casa, pero mañana me indicas donde vives y te llevo para allá, ¿está bien? Se secó las lágrimas y me hizo una señal afirmativa; no volvió a hablar en todo el trayecto. Llegamos a mi casa casi un par de horas después. - ¿Vives acá? - Sí... bueno, lamento si te imaginabas algo más lujoso, pero vivo en mi taller; la entrada lateral da hacia mi apartamento Cuando lo arrendé era una verdadera ganga: un viejo almacén no muy grande con un par de oficinas se había convertido en estos dos últimos años en mi taller y a la vez en mi casa... - No es mucho, pero es mío... bueno, algo así... lamento el desorden. Puedes tomar una ducha si quieres, pero no te garantizo la temperatura del agua. La habitación es la única puerta aparte del baño, yo dormiré en el sofá... ¿tienes hambre? - No te preocupes por mí - Ya, tu déjalo en mis manos... te puedo ofrecer una cuarto de libra o una big mac - La que tú no quieras estará bien - Francamente, saben casi igual -le dije-... anda, ve a ducharte, que después de la nochecita has de necesitarlo. Obedeció sin demasiado ánimo. Quise esperarla para que no comiera sola. Cuando noté que demoraba demasiado me acerqué al ...