Nombre de ángel: Matías
Fecha: 19/09/2017,
Categorías:
Erotismo y Amor
Hetero
Autor: Mewlen, Fuente: CuentoRelatos
... segundo piso en el taller, con la intención de convertirlo en algún momento en un estudio de CAE del que sacar más dinero. Iríamos por partes, pero tenía una idea clara para mi negocio. Ni siquiera me di cuenta cómo llegó mi siguiente cumpleaños. Nuevamente mamá vino a visitarnos; esta vez pasó todas las fiestas de fin de año con nosotros. Mis regalos de cumpleaños esta vez fueron mucho mejores. Mamá me prestó en un crédito blando una buena cantidad de dinero; había visto el cariño y empeño que le estaba poniendo a mi negocio (le había dicho que había congelado mis estudios, al menos por ese año, para dedicarme al taller) y, contraria a la opinión que tenía mi padre -quien creía que era un capricho y que ya se me pasaría- ella pensaba que me veía yo tan feliz que de buena gana se ofrecía como primera inversionista del negocio. Susana, por su parte, y con tiempo libre, podía llegar a ser muy maquiavélica. Su regalo de navidad fue una llave. Me dijo que en su cumpleaños averiguaría para qué servía. Para el mío me hizo acompañarla a comprar algo de ropa. Me llevó por varias tiendas de lencería y me hizo elegir tres conjuntos completos. Si bien es cierto escogí los más discretos, no puedo negar que se me fueron los ojos hacia uno que eran sólo un corsé, portaligas y medias. Automáticamente la imaginé a ella enfundada en aquella prenda de encaje rojo y negro y no pude evitar babear mentalmente. Dejé de mirarla cuando noté que la dependienta me miraba como a cualquier degenerado, ...
... y volví a reunirme con Susana con la cara más inocente que pude conjurar. Se las arregló para que viera que la tarde del día de mi cumpleaños se había puesto el más provocativo de los tres conjuntos. El plazo que yo había puesto se había casi cumplido, y tanto ella como yo habíamos respetado el cese de las hostilidades, pero en presencia de mi madre se estaba volviendo cada vez más osada... y eso empezaba a volverme loco. Durante la cena en mi cumpleaños, no cesó de jugar con sus piernas y las mías, disfrutando de mis esfuerzos por mantenerme fiel a mi plan original y por no darle muestras a mi madre de lo que estaba pasando. Derramó "torpemente" media copa de vino sobre su vestido y fue a cambiarse rauda, volviendo enfundada en el mismo suéter del año anterior, que ahora le quedaba aún más ceñido e incluso dejaba ver el relieve de sus incipientes pezones. En un momento en que mamá no nos miraba puso en mis manos un bulto de tela húmeda y caliente que no tuve necesidad de mirar para saber que era. Cuando ya habíamos pasado al living a disfrutar del resto de la noche nos cruzamos en una de las idas y venidas a la cocina trayendo el picadillo. Miré a mi madre, atenta a la pantalla del televisor, y mandé a pasear unos instantes mi decoro. Tomé a Susana rápidamente y la giré hacia mí. No la besé. Le comí la boca, la magreé y le metí mano, largo y duro, sin dejarla apenas respirar. Efectivamente, no llevaba ropa interior bajo su falda; la humedad en mis dedos me reveló que estaba ...