La amorosa hija (Parte 1)
Fecha: 16/03/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos
... cree que eres las segundas nupcias de papi, vaya, yo estaba presente cuando le dijeron, ¿te acuerdas?”. “Desde ese día”, prosiguió Estela, “la visión de que tú y papi actúen como marido y mujer se me quedó grabada en la mente y yo pues… elucubrando cosas. Discúlpame hermana”, dijo, como tratando de recular y calmar los ánimos. Anne sonrió y se relajó un poco. “Si, me acuerdo. Fue sonso de don Luis Corcuera el que le preguntó, pero hace mucho, desde que recién murió mami. Viejo despistado. Pero fue solo una vez, ¿o has oído algo más?”. Ambas sonrieron y se dieron un beso de reconciliación. “No, nada”, contestó Estela. “Discúlpame Anne”, repitió. Anne simplemente le sonrió y se sintió más tranquila. “Quien sabe que tantas cosas dirán de papi y de mí”, dijo Anne mientras salían. La gente es muy habladora y gozan suponiendo esto y aquello. Tú tranquila. Fuimos muy bien educadas” *********************** “Nos tocaron los pisos 4 y 20, uno es una suite de dizque muy lujosa, para tórtolos, pero nos la dejaron a costo normal porque algo les falló en la reservación”, dijo don Tomás. “Estelita, tomen la suite dizque nupcial, es la que está en el piso 20, con vista al Parque Central”. “¡Ay no papi, que flojera andar con esas cosas a estas horas!”, contestó Estela ante la expresión de sorpresa y decepción de su marido y su hermana. “Además, a Mark no le gustan las alturas”, agregó. “Nos quedamos con la del cuarto piso”. Anne sonrió para sus adentros. ¡Que increíble! Subieron al ...
... elevador. Llegaron rápidamente al 4to. Piso. Mark tiró del equipaje mientras Estela le daba un beso a su padre en la mejilla y otro a Anne. “Pórtense bien, ¿eh?”, dijo Estela, al abrirse la puerta. “Nada de borracheras con el frigo-bar”, sentenció. Por ahorrarse la propina, Estela decidió cargar su propio equipaje. “Good night!” dijo Estela. “Good night!” replicó Tomás. Anne solo le sonrió a la pareja, mirando a su padre con ojos de sorpresa. Le va a seguir esta cabrona pensó Anne. Conociendo a Estela, Anne sabía que la cosa no pararía ahí como la había hecho sentir en el baño. Cuando se le metía algo en la cabeza, era imposible que la cosa quedara olvidada, con un simple beso de reconciliación. Al cerrarse las puertas del elevador y comenzar a ascender, Anne se lanzó a los brazos de su padre, fundiendo sus bocas en ardiente beso, como amantes deseosos que eran, a punto de explotar. “¿Te tomaste la pastilla, papi?”, peguntó Anne con agitada voz. “En el aeropuerto me forzaste, ¿te acuerdas? No aguantaba ya. Nomás te veía y se me paraba con el puro roce del pantalón”, contestó don Tomás, quien tomaba Cialis por primera vez y por órdenes de Anne. “Condenada pastillita, parece que… ¡si funciona!, ¡mira!”, dijo Tomás, bajando su bragueta y mostrándole a su hija la húmeda erección de su moreno pene. “¡Guaaauuu!”, exclamó Anne. “¡Que cosota tan hermosa, papi! ¡Se me hace agua la boca… y las nalgas!”, al tiempo que comenzó a sobarla. “Según esto es que me vas a poder dar todo el fin de ...