Ética, religión y Mónica
Fecha: 17/03/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Lman13, Fuente: CuentoRelatos
... tetas. - Excelente ¿Y luego? - Me sacaste una del sostén. - Sí, así fue y debo decirte que tienes unas de las tetas más hermosas que he visto jamás. Ella se rio con cierta pena y se revolvió entre mis brazos al tiempo que bajaba la cara con cierta vergüenza. Tome su barbilla suavemente e hice que me mirara. -Dime qué pasó después. - Me metiste la mano en el pantalón. - ¿Y te gustó? - Mucho. - ¿Luego? - Me metiste la mano en… la panocha. -Genial, sigue. - uno de tus dedos se fue a mi ano. - No, no, no. ¿A dónde? Con una sonrisa pícara contestó: - Me metiste unos de tus dedos en el culo. - ¿Cómo se sintió - Muy rico. - Ok. ¿Luego? - Me hiciste terminar… Quiero decir... me vine. - ¡Perfecto! - ¿Pasé el examen? - Con excelencia. - Una cosa más. Todo lo que acabamos de hacer son las cosas que tu hubieras dicho que son malas, que solo las chicas fáciles o las prostitutas harían, ¿Cierto? - Sí. - Ok. Si tú lo deseas puedo introducirte en las artes del sexo. ¿Te gustaría? - Sí, por favor, sí. - De acuerdo, pero si lo hago dejarías de ser la niña religiosa y mojigata que hasta hace un rato eras y te tendría que convertir en lo opuesto. ¿Aun así quieres continuar y quieres que te convierta en otra cosa? - Sí. - Entonces dilo. Entendió el mensaje y viéndome fijamente dijo con tono decidido. - Quiero que me hagas una puta. - ¿Segura? - Sí, quiero ser una puta. - ¿Cueste lo que cueste? - Sí. - ¿Harás todo lo que te diga? - Todo. - Entonces es un trato. Bien, dime que crees que haría una ...
... puta ahora. Dime lo que se te ocurra, lo que te gustaría hacer. Y completamente desinhibida, con los pantalones y calzones a media pierna y una teta de fuera, se estiró hacia mi oído y me dijo. - Esta puta quiere mamar tu vega. Se fue a mi pantalón y me lo bajó y expuso mi verga que no es muy gorda pero sí algo larga y con una cabeza abultada y la miró por un rato. La movió suavemente de arriba abajo y luego bajó la cabeza para chupármela. Yo le di algunas instrucciones y finalmente no pude más y me vine como pocas veces. Lancé no menos de seis o siete chorros de semen que se depositaron en su boca, labios, barbilla, nariz y tetas. Cuando levantó la vista hacia mis ojos el espectáculo fue increíble. Si en ese momento me hubiese dichoeres mi esclavo, yo hubiera dicho que sí. Con la satisfacción de una niña que sabe que se acaba de sacar una carita feliz en el kínder preguntó - ¿Qué tal lo hice? - Perfecto. Aprendes rápido. - ¿Hay otro examen? - No, más bien una autoevaluación. Pensando que empiezas tu camino en las artes del sexo dime ¿Cómo te sientes? - Como una Gran Puta. Nos vestimos, nos limpiamos y caminamos juntos hacia la salida de la escuela. Nos despedimos con un abrazo, un beso apasionado y una última sobada de verga, tetas y culo. No esperé a mis amigos y me fui a casa haciendo palanes para el siguiente día. Ya en casa mientras me preparaba para meterme a la cama, pensé:Le quité a Dios una posible monja, pero le regalé al mundo una preciosa puta. Si el relato fue de ...