Busco amante para mi mujer
Fecha: 17/03/2018,
Categorías:
Intercambios
Infidelidad
Autor: Craso, Fuente: CuentoRelatos
... encontrarse más activa sexualmente, nuestra vida sexual también mejoraría. Ernesto me pidió que antes de vernos, y ya que él me había enviado fotos suyas, que le enviase alguna foto de mi esposa. Le envié cuatro fotos que le hice en la playa el verano anterior, recuerdo que quise hacerle esas fotos porque tenía puesto un biquini que le quedaba bastante apretado, al principio ella estaba tumbada de lado y debido a lo apretado del sujetador del biquini se le notaban unos pechos más grandes de lo que realmente tenía, la primera foto que le hice fue un primer plano de sus pechos que se veían exuberantes, la segunda iba desde su boca entreabierta con un buen toque de sensualidad hasta el principio de sus muslos, y las dos últimas se las hice tumbada de espalda centrándome en su precioso culo. Ella cuando vio las fotos se sonrió y no me pidió como otras veces que las borrara, se había gustado. Ernesto me respondió que le habían gustado mucho las fotos, que después de verlas “tenía muchas más ganas de follársela y ponerla a gemir”, “sí señor, si que está buena tu mujercita”. Quedé una mañana con Ernesto para conocernos tomando un café y decidir si seguíamos adelante. Cuando lo vi y estuve hablando un rato con él y le conté que la gran dificultad que tendría es que mi esposa es muy mojigata en el sexo, le conté que no le gustaba el sexo oral y que la rara vez que me la chupaba sólo lo hacía metiéndose la punta, decía que le producían arcadas el metérsela más adentro, además era poco ...
... proclive a hacerlo en distintas posturas, prácticamente sólo lo hacíamos tumbados yo encima de ella. Con mucha seguridad me dijo que esas que se comportaban mojigatas con sus maridos eran luego las más putitas en la cama con otros hombres. Me quedé convencido de que este tipo tendría posibilidades de seducir a mi esposa, era realmente atractivo, y además era muy entrante y locuaz, tenía todas las dotes de un buen seductor. Le pregunté por su disponibilidad horaria y me contestó que dado que era comercial y andaba todo el día por la calle podía organizarse a su antojo. Yo le dije que no se trataba de llegar y pegar, que no quería que fuese una historia de que se la follase una vez y adiós, que eso sería imposible, debía emplear el tiempo que hiciese falta para seducirla y que si lo conseguía y él quería, que siguiese follándosela el tiempo que ambos quisiesen. Le conté que, como mi esposa y yo solíamos ir muchas veces de senderismo con un grupo al que siempre se apuntaban gente nueva, la forma más fácil de contactar con ella era que se apuntase algún sábado para salir con este grupo, y que en las cinco o seis horas de sendero entablase conversación con nosotros y que en cuanto yo tuviese ocasión los dejaría solos para que él desplegase todos sus encantos e intentase ligársela, yo me mantendría apartado de ellos la mayoría del tiempo. También le hablé del gimnasio donde ella iba todas las mañanas, de que invitaban un día de prueba y allí, después de haberla conocido en la ruta ...