La apuesta de Carolina (segunda parte)
Fecha: 18/03/2018,
Categorías:
Dominación
Autor: carpe_diem, Fuente: RelatosEróticos
... vez esta sea la excepción? tú has querido compaginar estos dos castigos así que da la talla, quiero que te masturbes intensamente aunque me la estés chupando, y que cuando no me la chupes me masturbes con la misma intensidad que te masturbas tú misma. Dicho esto agarró el pelo de Carolina y la incentivó a subir y bajar, sin sacarse el pene de la boca, marcando Roberto el ritmo, se trataba de demostrar su poder, así era el juego, pero también tenía otra intención, quería que Carolina se corriese y ahogase sus gemidos y suspiros como pudiera, y quería tener su polla en la boca de Carolina cuando esto sucediera. Por su parte Carolina sentía vibrar el huevo con intensidad, el plug anal se movía por obra de Roberto y la excitaba, al principio le costaba introducirlo en su culo pero el tamaño no era grande y se sentía cómoda con él, excepto para andar o sentarse, en esta posición, medio tumbada sobre las piernas de Roberto y su propio asiento se sentía bien, aunque temía que alguien pudiera llegar tarde a ver la película, o los de delante se levantasen para ir al baño y la vieran, o los de atrás estuvieran observando y entendiesen que le hacía una felación a su novio, también temía hacer ruido mamando la polla de Roberto, o suspirando de placer, o que se escuchase la vibración del huevo, ella la escuchaba cuando estaba al máximo, el sonido de la película lo amortiguaba tanto que no sabía ni si Roberto lo escucharía con lo sordo que estaba. Se dejó llevar por Roberto mientras le ...
... indicaba que ritmo seguir y que movimientos hacer, disfrutaba de la mano de Roberto que movía el plug anal muchísimo, se masturbaba con ahínco pero durante ciertos segundos lo olvidaba y paraba o reducía mucho la marcha, solo para volver a retomarla instantes después al darse cuenta, y el huevo vibrador que no le inspiró confianza hacía muy bien su trabajo, le daba mucho placer en la vagina, aunque no fuese un placer tan grande como hacer el amor o ser masturbada por otra persona, pero pensar tener esa vibración en su clítoris en lugar de su vagina la excitaba y la aterraba, sin duda Roberto jugaría con eso en algún momento, Carolina no lo soportaría treinta minutos, !puede que ni siquiera cinco¡ Como Roberto había calculado esta vez aún le quedaba bastante para correrse cuando Carolina empezó a emitir sonidos de placer amortiguados por ella misma y por el miembro de Roberto, y cada vez movía menos su boca y su lengua en torno a su pene, Roberto permitió que Carol detuviese su vaivén pero le introdujo el pene hasta donde sabía que carolina podía resistirlo, así quedaron unos minutos hasta que Carolina no pudo más y se corrió, Roberto disfrutó enormemente del aliento, y de la respiración entrecortada y acelerada, de su novia sobre su miembro, y de las vibraciones que le ofrecían sus gemidos en el pene, Volvió a poner el vibrador al mínimo, y cuando Carolina recobró el autocontrol la permitió hacerle una mamada tan buena o mejor que la anterior. Carolina estuvo toda la película ...