Con mi preceptor Gastón
Fecha: 17/03/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: Rosa Apasionada, Fuente: CuentoRelatos
Iba a mi último año de secundaria cuando esto me sucedió, tenía 19 años recién cumplidos, senos grandes y un culo bien definido.
En ese entonces estaba enamorada de mi preceptor Gastón, un hombre de 32 años, piel morena, ojos oscuros, cabello marrón y barba de su mismo color de pelo, tenía buenos músculos en sus brazos y piernas, siempre usaba ropa deportiva, con los pantalones que él llevaba puesto se le podía observar un buen bulto.
Solo para que lo sepan un preceptor es la persona encargada de organizar los asuntos de todo un curso de alumnos, por lo tanto, Gastón era muy cercano a mí, él era el que nos avisaba cuando entrábamos más tarde, a que hora salíamos y se quedaba con nosotros cuando teníamos una hora libre.
Esa tarde yo no quería entrar al aula, tenía una hora de geometría y odiaba esa materia con todos esos triángulos sin sentido alguno, escuche la campana que anunciaba que cada quien tenía que entrar a su salón, pero lo que hice fue ir al piso de arriba.
Me encontraba paseando por el piso de arriba, entraba en cada salón para ver las pinturas de las paredes, luego de unos minutos empecé a sentir la voz de Gastón gritando mi nombre.
Salí del aula donde estaba escondida porque escuché sus pasos acercándose y fui corriendo hacia el otro pasillo sin ser vista por el.
Luego de unos segundos volví a sentir su voz, corrí hacia la derecha y él apareció al frente mío.
-Zara, debes ir a tu salón, tienes clase de geometría.
-Odio esa materia, no ...
... voy a ir- le respondí, intente correr otra vez, pero él me tomo de la cintura y me puso contra la pared.
-He dicho que fueses al salón- me dijo Gastón, puso su mano en mi cadera y la subió hasta acariciarme el rostro.
-No- en este momento fue cuando decidí ser más seductora y eleve una de mis piernas y se la enrede en su cintura mientras él con su mano libre me empezó a acariciar el muslo suavemente.
-Estás perdonada, hermosa- me dijo Gastón empezando a besar mi cuello.
Yo le acaricié la espalda, él se apretó más todavía contra mí y pude sentir que su pene ya estaba duro.
Me empezó a besar el cuello más apasionante y yo le toque sus marcados abdominales por debajo de su camisa.
Le quite lentamente su camisa negra hasta que quedo con su maravilloso torso desnudo, lleve mi mano hasta su erección, cuando le toque su miembro fue que me decidí a bajarle su pantalón deportivo.
Él se quedó solo con su bóxer azul hasta que yo me puse de rodillas y le quite su ropa interior, al fin le pude ver su miembro y confirme lo que siempre he pensado, la tenía grande, era un pene que podía hacer gozar a cualquiera, le di un par de besos en la pelvis antes de pasarle mi lengua por su pija hasta llegar a la cabeza de la misma.
Le dedique unas buenas lambidas a la hermosa cabeza de ese imponente miembro, esta siempre ha sido mi fantasía desde que lo he conocido a Gastón, aunque también admito que todo esto es una locura, pues, le estaba chupando la verga a mi preceptor en un ...