Un perro, dos desconocidos y mi madre - Relatos Eróticos

Un perro, dos desconocidos y mi madre

Mi nombre es Axel la historia que les voy a contar ocurrió en las vacaciones de verano pasadas, yo vivo con mi madre llamada Angelica ella es bajita 1.64 de estatura, tiene unas enormes tetas y un culo gordo que siempre llaman la atención de varias miradas, el cabello lo tiene largo teñido de castaño y usa lentes.

Ella es una persona que le gusta viajar mucho en compañía de sus amigas o en excursiones que realizan en la colonia donde vivimos. por lo regular ella siempre va acompañada pero en las vacaciones pasadas no tenía con quien ir a un pueblo donde hacen una feria de tequila, por lo cual acepté ir con ella.

Así que nos fuimos en el carro de mi madre para mala suerte ni ella y ni yo somos buenos para guiarnos en carretera por lo cual nos perdimos, pensé en detenernos y preguntar pero en mi país no es nada seguro detenerse en carretera por lo cual mi madre se negaba y para el colmo ni el GPS de mi móvil funcionaba por falta de señal.

Así que tratamos de guiarnos con los letreros de la carretera hasta que la noche llegó, entramos a un pequeño pueblo y optamos por buscar algún lugar donde poder hospedarnos, dimos varias vueltas al pueblo pero no corrimos con suerte y ya eran las 11 de la noche, me detuve en un pequeña licorería para comprar algo para comer y aprovechar para preguntar.

Como había varios señores ebrios sentados afuera en la banqueta decidí bajar solo y dejar a mi madre en el carro por su seguridad.

Buenas noches señor, sabrá donde puedo ...

... encontrar un lugar para hospedarme yo y mi madre – le dije al señor que atendía la licorería.

Se asomó a ver al carro y varios de los señores que estaban ahí también voltearon al escucharme.

No joven no hay nada de eso por aquí, aquí solo va encontrar parcelas y animales – me dijo el señor de la licorería

Compre unas botellas de agua, unos panes y le di las gracias, cuando estaba por retirarme al carro me dijo. joven le recomiendo no andar en carretera a esta hora es muy inseguro por la zona y mucho menos quedarse en el carro a la vista de todos. en eso unos de los señores que estaba tomando se levantó y me dijo que podíamos quedarnos en su casa.

Lo consulté con mi madre y optamos por aceptar la invitación, aun con dudas y temeroso fui a decirle al señor que si nos hacía el favor lo aceptamos. se levantó él y otro de los señores, me dijo vale los vamos llevando, le dije que se subieran al carro y nos fue dirigiendo hasta llegar a su casa la verdad teníamos miedo al ver que nos alejamos y solo veíamos cultivos de maíz.

Llegó un punto donde no se veía nada yo solo andaba espejeando para ver qué hacían los señores mientras mi madre conducía, en eso nos dijo que diéramos vuelta y entramos a un camino hasta llegar a su casa, el señor se bajó y abrió una puerta de madera y metimos el carro salió un perro a recibir a los señores, mi madre bajó y note como se le quedaron viendo a las tetas y al culo de mi madre como era costumbre.

nos invitaron a pasar a la casa de madera ...