Qué pasaría si... El Brujo Escarlata (2/3) - Relatos Eróticos

Qué pasaría si... El Brujo Escarlata (2/3)

... había visto a Thor cuando había salido de la habitación con su maleta, lo cual, seguramente, era lo mejor, ya que viendo lo que había ocurrido la vez anterior era mejor mantener las distancias, y además no estaba de humor para follar. Ya no.

Llamó a la puerta, aunque sabía que había alguien dentro —«no te pongas pesado con lo que puedo o no hacer con mi tecnología» decía Stark— podía oírlo hablar por teléfono.

Respiró hondo antes de coger el picaporte y abrir la puerta.

—Señor Stark —dijo, asomándose en el despacho—. Soy Peter Parker. Solo quería…

—Sí… No… escúchame Rhodey —decía el señor Stark detrás de su escritorio, aunque de pie, con el móvil en la mano—. Sé que es una apuesta arriesgada, pero con apuestas seguras no se llega a la cima ¿me entiendes? —mientras escuchaba la respuesta y le hizo gestos con la mano para que entrase y se sentase en una de las sillas que había delante del escritorio—. Sin riesgo no hay recompensa Rhodey…

Peter lo hizo sintiendo que le temblaban las piernas. Aun no estaba dispuesto a creer que de verdad le había comido la polla al hombre que tenía delante hacia solo unas horas.

—Señor… —susurró, pero por toda respuesta Tony solo le señaló de nuevo la silla que había frente al escritorio y Peter tomó asiento.

—Rhodey ¿me quieres escuchar? Esto es justo lo que necesitamos ¿vale? Hazme caso, no hemos llegado hasta donde estamos con pasos seguros ¿vale?

Rhodey… Peter no lo conocía mucho, era un amigo negro del señor Stark, a ...

... veces lo había visto con él, y llevaba una de las armaduras que había creado para trabajar para el ejército llamada Maquina de Guerra. Sabía que eran amigos, pero poco más…

—No, tío —dijo Tony por teléfono empezando a pasearse por detrás del escritorio, completamente concentrado en su asunto, como si hubiera olvidado que Peter seguía ahí—. Escúchame ¿Quién sabe mejor como va esto, yo o tus superiores? Exacto, yo. ¿Con quién te hacías pajas cuando teníamos trece años? Exacto, conmigo… —y su mano se palpó la entrepierna, donde se podía ver un bulto.

Peter vio con claridad en su mente a esos dos con quince años cascándosela en la misma cama, la imagen le llego con increíblemente rapidez, e increíblemente nítida. Y por alguna razón la polla empezó a endurecerse dentro de los pantalones cortos que llevaba, a pesar de que hacía unos minutos se había hecho un pajote en su habitación.

—Así que sí sabes que tengo razón —siguió diciendo Tony— diles a tus jefes que me hagan caso y que vengan aquí a chuparme huevos, porque yo sé lo que es mejor —dijo de corrido, calentando un poco más a Peter—. Y ahora cuelgo que quieren decirme algo.

Y colgó.

—Bien, soy todo oídos —le dijo a Peter— ¿Qué te pasa? ¿Qué quieres, chico?

—Solo… solo venía a decirle que ya me marchaba.

—¿Marcharte? —Tony arrugó el gesto, ligeramente confundido—. ¿A dónde?

—Usted… usted dijo que estaba despedido —dijo él, temeroso de refrescarle la memoria—. Por lo de antes en el baño.

Tony lo miró y ...