Qué pasaría si... El Brujo Escarlata (2/3) - Relatos Eróticos

Qué pasaría si... El Brujo Escarlata (2/3)

... Peter fue capaz de sostenerle la mirada. Creyó ver como se encendía una luz en su mirada.

—Ah, ya —dijo tras un segundo de silencio—. No lo decía enserio. Pero después de encontrarte haciéndole una mamada a un dios y con la cara manchada de su meada pues… esperaba que eso te bajase un poco el calentón.

Peter sintió que se ponía aún más rojo de lo que estaba; el corazón se le aceleró en el pecho, y empezó a temblar. Aún era capaz de recordar lo que había sentido al meterse ese pedazo de rabo en la boca… el calor de la meada corriéndole por la cara. Probablemente la razón por la que no estaba con un empalme de caballo con la polla a punto de reventarle dentro de los pantalones, era que estaba tan nervioso que su polla no se ponía del todo dura.

Se puso a balbucear «Yo… bueno… yo no…» sin saber exactamente lo que quería decir o como decirlo.

Stark dio la vuelta a la mesa y se plantó delante de él al otro lado de la mesa. Se apoyó en la mesa con los brazos cruzados sobre el pecho.

—Los adolescentes —dijo Stark subiendo el tono para interrumpir su balbuceo— tenéis las hormonas revolucionadas y por eso, esperaba que al decirte que estabas despedido, se te bajase el calentón.

Peter pensó en replicarle que Thor tenía unos cuantos cientos de años y también se había dejado llevar por el “mar de hormonas” pero no dijo nada. Temblaba demasiado.

—Anda —dijo Stark, pasando distraídamente la mano por su entrepierna—. Cuéntame lo que ha ocurrido.

¿Acababa de sobarse ...

... la polla delante de su cara? Joder. Ojalá pudiera tener una foto de eso.

—¿Lo que ha… ocurrido? —preguntó, no muy seguro de si estaba alucinando.

—Sí, en el baño.

—¿Lo que ha ocurrido en el baño? —los latidos de su corazón empezaron a acelerarse aún más. Era como si el corazón se le fuera a salir del pecho—. Ah, pues… vera…yo…

—Parece —lo interrumpió Tony— que estas muy tenso. Necesitas relajarte. —Y volvió a sobarse el paquete delante de él tranquilamente antes de incorporarse frente a la mesa y se dirigió hacía Peter—. Espera. Déjame ayudarte.

—¿Qué? No. Yo… ¿Qué?

Aun balbuceando sintió que Tony se ponía detrás de él. Sintió como sus manos se ponían sobre sus hombros con él aun balbuceando sin control —«Yo estaba… yo iba a…»—y empezó a masajearle los hombros.

—Señor Stark… no creo que…¡Aaah! —Cerró los ojos con un gemido por el placer del masaje, sintiendo como las manos de su jefe le aliviaban la tensión de los hombros—. ¡Oh!

—¡Vaya! Tienes la espalda increíblemente tensa para un chico de tu edad —comentó Stark sin dejar de masajear—. Tranquilo, ya verás como esto te alivia.

—¡Ooooh, sí! —gimió Peter sintiendo como se le aliviaba la tensión—. ¡Que bien…señor Stark!

Estuvieron un buen rato sin hablar… Peter lanzaba leves gemidos sintiendo como Tony Stark, el dueño de Industrias Stark, playboy, multimillonario y superhéroe de la ciudad le hacía el mejor masaje que le habían hecho en su vida.

Gimió de nuevo

Se olvidó de sus nervios y porque ...