Chantaje a mi puta perra (XV) - Relatos Eróticos

Chantaje a mi puta perra (XV)

... pero dio resultado), y en la grabación solo sales tú, asi que o haces lo que te diga esta noche, o le enseño la grabación a tu padre.

-Lucía. - ¿Solo esta noche?

-Jara. -Si, pero te aseguro que con lo guarrilla que eres te va a gustar.

No contesto pero se le escapo una perversa sonrisa. Fue a ponerse bien los pantys…

-Jara. -Espera.

Cogió los pantys y metiendo las uñas, los rasgo por la parte del coño, pero al ver que era un tanga lo que llevaba.

-Jara. -Sácate el tanga y se lo das a Mimi, nosotras nos vamos.

Cuando volvieron a aparecer, ya nos habíamos comido los postres y hasta habían partido la tarta.

-Jara. -Todo en orden Raul, una mina de oro.

Julio que lo oyó no sabía a qué se refería, pero yo sí.

Le dimos tiempo a que ellas se tomaran los postres, cuando vi aparecer a Mimi y Lucía, y ambas venían riéndose y mucho.

-Yolanda. -Señor ya se ha abierto la barra libre, yo me voy.

-Muy bien Yolanda, gracias por todo, mañana te llamo, en principio no hagas planes para comer.

Asintió y se fue.

-Jara. -Me acaba de escribir Raquel.

-Ok, disfrutad de la barra libre, pero contrólamelas, no quiero que se pasen con la bebida.

Salí sin esperar respuesta y me dirigí a la habitación de Raquel, y como me había dado la llave, entre directamente encontrándomela sentada en la cama, aunque al entrar por la puerta se puso de pie. Se había sacado el vestido, quedándose solo con un conjunto camel precioso de sujetador y braga, las medias eran ...

... las mismas que llevaban todas y descalza.

- ¿Que querías? perra, ufff, que buena estas.

-Raquel. -Un momento amo, ¡Pedro!

Cierto, estaba siendo una noche de sorpresas, porque este entro totalmente desnudo y andando a cuatro patas.

-Raquel. -Esta es la primera sorpresa, el muy maricon es eso, maricon y sumiso y la segunda es que estoy embarazada; (se le saltaron las lágrimas), y estoy segura de que es suyo, es el único que se ha corrido dentro de mí, amo.

-Me alegro, porque era algo que deseabas.

Seguía llorando.

-Para de llorar, que se te va a ir todo el maquillaje, y este maricon que pinta aquí.

-Raquel. -Le dije que estaba embarazada y que por supuesto no era de él, y que quería el divorcio. El muy maricon me confeso que sabía que no podía ser suyo, porque de joven tuvo un accidente y una de sus consecuencias fue perder la fertilidad, y el muy cabrón (entre lágrimas), nunca me dijo nada.

-Pero eso no me explica que hace aquí.

-Raquel. -Perdón amo, de la rabia que me dio cuando me enteré con lo mal que me lo ha hecho pasar todos estos años, pensando que era yo la que tenía el problema, le di un bofetón y una patada en los huevos, y el muy maricón en vez de defenderse se tiró a mis pies a besármelos, a pedirme perdón.

- ¿Y lo has perdonado?

-Raquel. -Yo le pertenezco a usted, y asi se lo he hecho saber, le he contado todo lo que él debe saber y que todo depende de usted.

-Mírame maricon.

-De cara a la galería vas a seguir siendo su ...