1. ¿Por qué a mí? Capítulo 49


    Fecha: 09/04/2024, Categorías: Gays Autor: Jesus tsukishiro, Fuente: TodoRelatos

    ... No, no beso dulce, tú sí besas dulce. – Nervioso y sonrojado le decía.
    
    – Me siento tan feliz, que el dolor de mi muñón lo dejé de sentir. – Se sonreía.
    
    – Eso es bueno, ¿no? – Me sonreí con él.
    
    – Sí mi niño lindo. – Me tomaba del rostro mirándome atento.
    
    Debo admitir que me sentí muy raro por ese primer beso después de haber estado mucho tiempo en coma y también por recibir un beso así de especial con alguien que me atrae, pero… ¿Por qué me están sucediendo tantas cosas buenas ahora?, ¿La vida me está premiando lo que me debe o es una nueva trampa del destino?
    
    – Job, ¿te pasa algo? – Aníbal me preguntaba.
    
    – No, no pasa nada, sólo me quede pensando. – Le dije la verdad.
    
    – ¿Qué pensabas mi niño? – Me quitaba sus manos de mi rostro.
    
    – Pues, es que me siento raro, es cómo si esto no estuviese sucediendo, es extraño, muy extraño. – Le decía mientras volteaba a ver la noche.
    
    – ¿Quieres decir que esto no es real? – Dudando Aníbal cuestionó.
    
    – La verdad sí, eso pienso. – Dije directo.
    
    – Pues esto es real. – Aníbal me decía tramando algo.
    
    Él en un impulso me sujetaba y me robaba un beso; me soltaba, me observaba y atónito hablé. – ¿Y eso fue?
    
    – Eso fue para que veas que esto es real y lo que yo siento por ti también. – Aníbal muy amable me sonreía.
    
    – Eres un tonto Aníbal. – Me sonreía. – Anda ya, vamos abajo, comienzo a sentir frío. – Me levantaba diciendo, le daba mis manos para ayudarle.
    
    – Al menos te hice reír. – Se sonreía. – Algo debo ...
    ... decirte y eso es que tú vas a mandar si decides andar conmigo. – Lo ayudaba a levantarse mientras decía.
    
    – Espero que así sea eh. – Le sonreía diciendo.
    
    – Verás que así será. – Aníbal hablaba acomodándose.
    
    Ambos comenzábamos a bajar; aunque me sentía con pena por qué no tenía mucho tiempo que habían subido las cosas y por el frío de la noche pues bajábamos para evitar un resfrío; en el transcurso de regreso a planta baja, le decía a Aníbal que me sentía avergonzado por haber arruinado el momento de estar a solas, pues las cosas se quedaron arriba y tendrían que volver a subir para bajarlas, él me decía que no había problema alguno, que todo estaría bien, que se encargaría de compensar el trabajo y esfuerzo.
    
    Estando abajo, notábamos que había más gente de la que estaba justo cuando estábamos por subir.
    
    – Vaya, hay más gente de la que se supone viene en este día. – Aníbal me decía confuso.
    
    – ¿Eso es malo? – Pregunté con duda.
    
    – Pues sí y no, sí por qué habrá que trabajar más de lo acostumbrado y no por qué eso es ganancia para nosotros. – Me respondía con la mano en la cabeza.
    
    – ¿Podré ayudar en algo? – Me ofrecía en apoyo.
    
    – Gracias mi niño, no, bueno no sé, pero ahorita veo. – Aníbal me contestaba.
    
    De pronto él se ponía pensativo, sacaba su celular y me decía. – Oye ve a la mesa, iré a ver que quiere mi hermana Anabela, no me había dado cuenta de los mensajes que me llegaron, espera. – Aníbal nervioso y tenso caminaba sin si quiera mirarme a los ...