Catadores de tetas
Fecha: 10/04/2024,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Cuenta Relatos, Fuente: TodoRelatos
Hace tiempo estuvimos en la casa de Beto, un amigo de mi esposo y su mujer, Sandra. También estaba otro amigo de él, Everardo y su esposa Luisa. Fue uno de esos días que hizo mucho calor; así que iba vestida algo ligera: un micro short, un top al ombligo y unas sandalias de tacón. Me veía bastante sensual, pero siempre me ha gustado vestirme así.
Empezamos a cenar, mientras hablábamos de diferentes temas; pero noté que Beto y Everardo veían insistentemente mis tetas, aunque lo hacían discretamente para que sus mujeres no lo notaran. Sin embargo, esa acción y que lo hicieran frente a ellas, me causó morbo y esto me llevó a la excitación.
La mayoría de las mujeres, tal vez por envidiosas, terminan por incluir mis tetas en las conversaciones, generalmente me preguntan por el precio de mi operación. Siempre les contesto que no me he operado, pero la mayoría no me lo cree y otras simplemente se quedan calladas o cambian la conversación, con lo que siempre me quedo con una sensación en el estómago de frustración y enojo. Y lo mismo sucedió esa noche, salieron a relucir mis tetas porque Sandra me dijo que si con todo el tiempo que llevaba desde que me había operado, no necesitaba que me las retocaran otra vez.
Enseguida le contesté que no, pues esas gemelas eran mías y eran naturales. Luisa hizo un comentario de que no me creía, fastidiada por mis experiencias anteriores, las animé a que las tocaran para que lo confirmaran. Luisa se acercó y me tocó frente a todos, aunque ...
... no me generó ninguna emoción, de hecho me las tocó sin ninguna connotación sexual, sólo quiso averiguar si lo que yo decía era verdad. La mujer de Beto también me las tocó y lo tomé de la misma manera. Pero vi los ojos de los amigos de mi marido y en ellos sí noté que querían hacer lo que sus mujeres, pero era evidente de que no podrían...
En cierto momento, mi marido junto con Everardo y Luisa, se fueron a un balconcito a fumar y a platicar, mientras Sandra se había ido al baño; yo me quedé dentro del departamento viendo algunos mensajes en mi celular, lo que aprovechó Beto para acercarse a mí y decirme que se había quedado con las ganas de tocar mis hermosas tetas, aunque él sí creía que eran naturales. Le sonreí y le dije que aprovechara ahora que todos estaban ocupados. Algo nervioso comenzó a tocarme por encima del top, moviéndolas en círculos; pero apartó la mano rápidamente cuando se oyó la puerta del baño abrirse y enseguida apareció Sandra por el pasillo. Beto la tomó de la mano y se fueron al balcón con los otros.
Yo salí un poco después y me puse a un lado de mi esposo; pero la mirada de ambos hombres no dejaban concentrarme en la plática, pues constantemente con los ojos me decían que volviera a entrar, lo que me excitaba, al grado que mi vagina se puso húmeda. Me aparté del grupo para decirles que iría al baño y entré al departamento cerrando tras de mí el ventanal diciendo que se estaban metiendo los moscos. Apenas había dado unos cuantos pasos cuando oí a ...