1. Isabel, te follaba una y otra vez


    Fecha: 19/04/2024, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: gungnir, Fuente: RelatosEróticos

    ... mejor ejemplo de que los hombres son malos para los colores; si ella le decía que en vez de azul marino, era naranja fosforito, él la creería sin dudarlo. En parte porque le importaba cuatro mierdas el color, y en parte porque era un negado con la distinción de colores. No era daltónico, solamente un inútil en ese aspecto. Para rematarlo todo, Isabel llevaba un pequeño bolso de esos en los que no cabe una puta mierda y que siempre hay que llevar en la mano. Un puto coñazo a ojos de Carlos.
    
    Carlos llevaba una camisa negra de manga larga, unos vaqueros que eran los mismos que usaba día sí y día también y los zapatos que usaba día sí y día también. Los zapatos siempre los elegía para que sirviesen para uso diario y fuesen lo suficientemente formales para situaciones más formales. En cuanto a pantalones, tenía tres o cuatro vaqueros que iba rotando cada pocas semanas. Carlos no habría hecho carrera en el mundo de la moda. De hecho, detestaba ir a comprar ropa, siempre era una pelea consigo mismo por ver qué cojones comprar, nunca encontraba nada que le satisficiera.
    
    -Buenas noches, señorita. Me estaba preguntando si está usted libre esta noche, verá, es usted muy guapa y atractiva y me gustaría dar envidia a los estirados hombres hospedados en este hotel tan adinerado y de pasillos tan bien cuidados -al tono jocoso añadió una suave reverencia mientras le tendía la mano como una petición expectante de la respuesta.
    
    Isabel, divertida y alagada alargó una mano con uñas bien ...
    ... pintadas para posarla sobre la mano tendida de Carlos con la palma hacia arriba- Que zalamero eres. Anda, venga, vamos yendo ya que se nos hace tarde. Y yo también quiero que me vean con un hombre guapo.
    
    -Uh, ¿esperamos a alguien más?
    
    Isabel rio y le dio un golpe en el pecho a Carlos con la palma de la mano. Carlos hizo una mueca de dolor muy mal actuada y empezaron a andar por el perfecto pasillo. El perfecto pasillo desembocada en una perfecta puerta de ascensor la cual Carlos no había usado hasta ese momento pues el usaba las escaleras siempre. Tenía cierto interés en comprobar cómo era el interior de dicho ascensor. Era un ascensor a la altura del hotel, pero era un ascensor al fin de al cabo. Tenía el típico espejo que le daba mayor amplitud a ese espacio tan cerrado, pero eso sí, era un espejo perfecto. Tenía una barra para agarrarse tan típica de ascensor, pero eso sí, también era perfecta. Y tenía unos perfectos botones táctiles para seleccionar la planta, típicos también. Isabel pulsó la planta cero.
    
    -No veas tú que útil el usar el ascensor para bajar una planta, ¿eh?
    
    -Ay, déjame. Que estoy cansada de todo el día entre conferencias.
    
    -Yo también estoy cansado de estar todo el día sentado.
    
    Las puertas se abrieron y siguieron caminando dirección al hall del hotel, que hacía de intersección entre los pasillos que conectaban con las zonas de ocio.
    
    -Qué tonto eres, por eso no tienes novia.
    
    -Hala, vas a hacer sangre.
    
    Isabel puso voz de villana de ...
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