Isabel, te follaba una y otra vez
Fecha: 19/04/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: gungnir, Fuente: RelatosEróticos
... que ella necesitaba hablar, parecía que el que su marido se marchase sin previo aviso por trabajo varios días le había alterado. Para sorpresa de Carlos, las fotos de la boda se acabaron. Carlos no cabía en sí de gozo y alegría.
-Bueno, ahora te voy a enseñar las fotos de la luna de miel.
-Madre mía, que alguien me pegue un tiro en el pecho por favor.
Venga, va. Pero antes voy a ponerme otra copichuela, ¿te traigo algo?
-No, gracias. Yo estoy bien todavía -miró a su vaso y vio que estaba por debajo de la mitad, esto no pareció ser de su agrado así que en un instante cambió de opinión-. Bueno, vale. Tráeme otra porfis.
Carlos volvió con las copas y se sentó para seguir con su tortura cuando para su sorpresa la primera foto que avistó en el móvil de ella fue a ella misma en bikini.
Vaya, la cosa parece que mejora un poco.
La siguiente salva de fotos eran casi todas de playa. Los recién casados en la playa, una playa de arenas blancas y aguas cristalinas. Carlos llevaba ya largo rato oyendo sin escuchar, y ahora sólo encontraba algo de consuelo en grabarse a fuego las fotos en las que su exjefa estaba en bikini. Su cerebro desarrolló una increíble capacidad de concentración para estas fotos, cuando aparecía Kike por en medio, lo obviaba y era capaz de resaltar todos los detalles de los bikinis de Isabel. Es increíble la capacidad que tiene el cerebro para lo verdaderamente importante.
Parecía que el alcohol había hecho ya algo de mella en la mujer, pues ...
... tras volver de otra visita al baño y tras volver a dejarse caer más pegada a Carlos, comenzó a ahondar en la privacidad de ella y su marido.
-¿Mira, ves esa caseta que se ve ahí en esta foto? -Dijo ella ampliando una parte de la foto. Era una caseta hecha con fibras, de esas que son tan típicas de las películas de playas de paraíso- Pues ahí lo hicimos Kike y yo -esto lo dijo bajando la voz, como si alguien pudiese oírlos siquiera. Como si fuese algo que no podía decir en voz alta.
-Qué me dices. ¿Qué sí? -Poco o nada interesaba a Carlos dónde lo hubiesen hecho esos dos, pero el tedio al que le había sometido Isabel le había dado ganas de cobrarse una venganza. Así que decidió tirar del hilo- Pero ese sitio es una mierda, no sé. No tiene chicha hacerlo ahí.
-¿Cómo que no? -El tono con el que le respondió era de herida, como si se sintiese insultada por las palabras de Carlos.
-No le veo yo nada a hacerlo ahí. Es un sitio cerrado y apartado. Ahora, si lo hubieseis hecho en la orilla de la playa, o en el agua, o yo que sé, en algún sitio más público pues la cosa cambiaría.
-¿Un sitio más público? -Repitió las palabras con cierto tono de duda. Enseguida se recuperó y respondió con cierto orgullo- Pues que sepas que lo hicimos un par de veces en esa caseta. ¿Qué te crees tú?
-Vale, vale -Carlos alzó las manos para pedir paz-. No te hacía yo a ti tan picarona, ni tan lanzada.
Los labios de Isabel se trazaron en una media sonrisa sugerente y pícara. La sonrisa ...