Kuky en el espejo
Fecha: 21/04/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: Arantxa, Fuente: TodoRelatos
... enrollaba la toalla al cuerpo, me pedía acercarle una botella de agua fría que tenía en la congeladora.
Le acerqué la botella, decidido a llevarla en ese mismo momento a la cama y follármela, pero apenas vi abrirse su boca para recibir el agua, cambié de opinión.
Sin ningún miramiento, le arranqué de un tirón la toalla y le dije que no tenía sentido taparse, porque recordaba perfecto cada centímetro de ese cuerpo. Antes que contestará, le plantee un beso furioso, mientras inevitablemente mis manos apretaban su culo hacia mi sexo, duro como una roca.
Nos dimos un beso profundo, y mis manos la recorrieron, reconociendo sus formas. Le apreté los pechos y el gemido fue inmediato.
Le besé el cuello y le mordí el lóbulo de la oreja mientras le decía en un susurro lo caliente que me mantuvo todo ese verano y cuánto había fantaseado con cogerla.
Ella estaba abiertamente excitada y su respiración se aceleraba bajo el toque de mis manos, mi sexo y mi boca.
De pronto la giré, quedando sus manos apoyadas en el lavamanos y sus caderas y sus nalgas un poco levantadas hacia atrás. En espejo levemente empañado ...
... nos devolvía la imagen: ante sus ojos y los míos aparecían nuestras caras, teñidas por la excitación, y las miradas se cruzaron en el espejo en el momento que la agarré por las caderas y comencé a penetrarla.
Partí despacio, para comprobar que entrara sin problemas, pero unos segundos después al sentir su interior tan caliente, húmedo y estrecho, decidí incrementar el ritmo.
Su mirada fija en el espejo me excitaba aún más si es que eso era posible. Uno de mis brazos le rodeaba la cintura para apretarla más contra mi, y con la mano libre le levanté el pelo hasta la parte de arriba, para poder morderle los hombros y la espalda, y la penetré de manera más ruda, logrando que explotara en el primero de varios orgasmos hilados.
La dejé acabar varias veces, hasta que con la misma mano que le tenía sujeto en pelo la dirigí al suelo para follarle su boquita y hacerla tragar todo. Mi corrida fue increíble, con la potencia de un adolescente y el gozo de un hombre con experiencia.
Esa noche follamos un par de veces más, y al amanecer nos despedimos con besos tiernos en el aeropuerto, al igual que hace tantos años.