Gracias a mi jefe…
Fecha: 24/04/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Gays
Transexuales
Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30
Gracias a mi jefe…..
Cuando me presenté a un anuncio ofreciendo un empleo de oficina, jamás pensé que mi vida cambiase de manera tan drástica.
Para comenzar tuve que demostrarle al dueño del negocio, que no era menor de edad, ya que, debido a mi contextura delgada, mi baja estatura, y rostro infantil, no es la primera persona piensa que soy muy joven para el puesto.
Pero al poco tiempo de comenzar a trabajar en la empresa, mi novia decidió terminar conmigo, cosa que me afectó terriblemente, tanto que en cierto momento me encerré en el cuarto de fotocopias, y me puse a llorar.
Realmente no lloraba porque mi novia hubiera terminado conmigo, lo cierto es que estaba llorando porque yo no sentía nada por ella, al igual que me ha sucedido con otras chicas.
Ya estaba por salir de trabajar, cuando el dueño del negocio me indicó que deseaba hablar conmigo, yo ignorando de que se trataba me presenté en su oficina.
Fue cuando me preguntó de frente, ¿qué me sucedía? Y aunque yo traté de decirle que nada, no sé qué me sucedió que, de golpe, volví a ponerme a llorar.
Aunque mi jefe trató de calmarme, yo seguí llorando hasta que quizás me desahogué y finalmente pude dejar de llorar, para luego de quedarme callado por un par de minutos, tomé aire y comencé por decirle. “Lo que me sucede jefe, es que mi novia terminó conmigo.”
Fue cuando él me dijo que eso era algo normal, que no debía mortificarse por eso, que yo era bien joven y que de seguro pronto encontraría otra ...
... chica.
Fue cuando le dije que no lloraba por haber terminado con mi novia, sino porque realmente no me sentía bien con ella, ni con ninguna otra chica.
Mis palabras, no le asombraron, pero como que le dejaron ver que en el fondo yo me encontraba sumamente confundido, como que no estaba a gusto conmigo mismo.
Cuando él siguió tratando de consolarme, de momento le dije. “Desde bien niño es algo que siempre en secreto he deseado.”
Después de que dije esas palabras, me quedé en silencio, con mi mirada clavada en el piso, mi jefe se encontraba algo cortado, y me pareció que realmente no sabía ni que decirme, hasta que se le ocurrió preguntarme. “¿Tu eres feliz?”
A lo que de inmediato, creo que le respondí sin pensarlo, al decirle que no.
Mis palabras le hicieron seguir con sus preguntas, ya algo más relajado me preguntó. “¿Y qué es lo que tu entiendes te haría ser feliz?”
Nuevamente sin pensarlo le respondí. “Ser una mujer.” de seguro que mi jefe no se esperaba esa respuesta, por lo que después de aclarar su garganta continúo preguntándome, “¿Y qué es lo que te lo impide?”
A diferencia de las veces anteriores, me tomé mi tiempo para responderme y después del cual le dije. “Primero no tengo el dinero suficiente para ello; segundo es que no sé cómo hacerlo.”
En ese momento él me dijo. “Bueno vamos a alterar el orden”, y continuó preguntándome. “¿Alguna vez te has vestido de mujer?”
A lo que, algo avergonzado le respondí que sí, pero que estando solo en ...