1. Domíname


    Fecha: 07/05/2024, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: Zorrita Nadia, Fuente: TodoRelatos

    Este es el primer relato de mi perfil que no está basado en acontecimientos reales, es pura imaginación y fantasías, escrito en pov para mayor disfrute del lector. Espero y lo disfruten.
    
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    Hace meses que querías tenerme en esa posición, desnuda sobre la cama, con las piernas tan abiertas que las articulaciones dolían. Mis muñecas atadas al cabecero de la cama, dejandome totalmente inmovilizada, a tu merced, dispuesta a ti, a lo que quisieras hacer conmigo. Pusiste una mano alrededor de mi cuello, dificultándome el trabajo de respirar, y no pude evitar dejar escapar una media sonrisa, porque eso me gusta, y tú lo sabes. Sentí mi coño humedecerse ante ese simple gesto, y la presencia de tu cuerpo a escasos centímetros del mío, procurando no tocarme, sin dejar tu peso sobre el mío, porque sabes que lo anhelo, y darme ese gusto sería complacerme, pero no estás aquí para esto, mi cuerpo es para complacerte a ti.
    
    Tu otra mano se dirige hacia mi húmedo coño, un dedo entra en mí sin ninguna dificultad y te ríes en mi cara, β€œEres toda una puta, mira lo fácil que entra, ¿te sientes una zorra?”, me dices, pero no soy capaz de contestar, todo en lo que puedo pensar es en lo mucho que necesito tener tu polla dentro de mí, rompiéndome el coño sin ninguna compasión.
    
    – Contesta, puta. – Sacas el dedo que habías metido dentro de mí, y restriegas la mano por mi coño, empapándola con mis fluidos, no puedo articular respuesta y lo único que sale de mi boca es un agudo gemido y un ...
    ... intento por arquear la espalda, lo siguiente que soy capaz de sentir es tu mano impactando contra mi cara, dejándola viscosa por haber estado en mi coño segundos antes, vuelvo a gemir, esta vez de dolor por la cachetada recibida. – No voy a preguntártelo de nuevo, zorra, responde.
    
    – Sí, amo. – Es lo único que soy capaz de decir, con la mente totalmente nublada por el placer, y la humillación de tener la cara pringada con mis fluidos vaginales.
    
    – Porque lo eres, zorra. – Quitas la mano de mi cuello y la bajas hasta mis tetas, tocas ambas, una con cada mano, jugando con mis pezones, pellizcando, tirando, retorciendo. Mis gemidos inundan la habitación y mi cuerpo se retuerce debajo del tuyo, queriendo más, necesitando más, con mi coño de puta rogando atención. – Escúchame bien, putita, voy a tocar tu coño de zorra, pero si te escucho un solo gemido voy a castigarte, no puedes gemir, ni tampoco correrte, ¿entendido?
    
    – Sí, gracias amo.
    
    Satisfecho con mi respuesta deslizas la mano de mi teta derecha hacia mi bajo vientre, y posas la mano sobre mi coño al mismo tiempo que pellizcas mi pezón con la mano libre, la mezcla de dolor y expectación me vuelve loca. Abres mis labios vaginales entonces y soplas sobre mi muy hinchado clítoris, una ola de placer me recorre y hago todo lo posible por no gemir, necesitando más contacto. Que entonces llega, tocas mi clítoris solo un momento, y me habría bastado para correrme en ese instante si no lo tuviera prohibido. Tres dedos entran de ...
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