1. El olor de sus calcetines sucios me hizo enamorarme


    Fecha: 13/05/2024, Categorías: Gays Autor: gaylover, Fuente: CuentoRelatos

    ... hacían buen sexo oral y que yo le ayudaba a averiguarlo; visualicé también una fantasía en la que en la noche, ya dormidos, él me abrazaba y acercaba su cuerpo al mío y yo sentía su verga erecta muy pegada a mis nalgas. Mi erección se puso aún más dura cuando se acostó junto a mí, aún en sus briefs negros, y me di cuenta de que así iba a dormir. Se quedó acostado, mirando la televisión y en algún momento flexionó una de las piernas, y cruzó la otra, apoyándose en la rodilla. Hasta ese momento no me había fijado tanto en sus piernas. Si bien no eran musculosas, las tenía bien definidas, con un vello que lo hacía verse muy masculino y, mientras las contemplaba, cayó mi vista al pie de la pierna que tenía cruzada. Nunca he considerado tener un fetiche con los pies, pero cuando lo vi, inmediatamente me dieron ganas de acercarme y pasarle la lengua por toda la planta, para terminar chupando cada uno de sus dedos, pasar luego a besar y lamer sus piernas y terminar con su verga en mi boca, con sólo su delgado bóxer interponiéndose entre mi lengua y su erección.
    
    Estaba demasiado caliente, así que tuve que obligarme a salir de mi trance y mis fantasías. Teniendo todo el cuidado para que no se notara que la tenía durísima, dije que iba a ducharme y al igual que él, fui a encerrarme al baño, con la intención de masturbarme. Resulta que en el baño había dejado su toalla mojada tirada en el suelo, los vellos recortados de su barba en el lavabo y sus tenis en el suelo. "Típico ...
    ... hetero", pensé, cuando reparé que de sus tenis sobresalían sus calcetines sucios. La idea fue inmediata: se me vinieron a la mente sus piernas cruzadas y sus pies delgados, con dedos bonitos y rápidamente me incliné para sacar uno de los calcetines. Era blanco, con unas figuritas de cactus verdes, estaban algo acartonados y un poco sudados. Sin saber y sin detenerme a pensar por qué, eso me prendió a tope, así que por instinto, pues ni siquiera estaba pensando bien lo que hacía con la tremenda excitación, me acerqué el calcetín a la nariz. Tenía un olor fuerte, como si los hubiera usado para correr un maratón o como si no se los hubiera cambiado en tres días. Lo acerqué nuevamente y esta vez inhalé profundamente, hasta sentir que el olor invadía todo mi cuerpo. Rápidamente me bajé el pantalón y el bóxer, con la intención de masturbarme, aunque primero me aseguré de que la puerta estaba cerrada con seguro y encendí la regadera, para que no me escuchara si hacía algún ruido extraño.
    
    Recargué la espalda sobre una de las paredes del cuarto de baño y por tercera vez acerqué su media sucia a mi cara, esta vez sin retirarla. Luego, tomé el otro calcetín y mientras inhalaba bien profundo ese olor a hombre, tomé el otro con mi mano derecha y lo usé para comenzar a masturbarme, despacio, sin ninguna prisa, sintiendo cómo la tela suave, un poco húmeda por el sudor, rozaba mi verga que no podía estar más firme. Estuve así por varios minutos, respirando ese aroma, sintiéndolo llegar cada vez ...